Los días fueron pasando, se convertían en semanas, y luego en meses, llegaba el otoño, llegaba el invierno, era diciembre, veintidós para ser más precisos, Sakura estaba en la cocina, preparando un estofado caliente, Shaoran estaba en la barra de la cocina, completamente tirado, solo viéndola cocinar, en completo silencio, en completa quietud, hasta el instante en el que ella lo miró de regreso y le sonrió para hablarle con su acostumbrada forma de ser.
—¿Y ahora qué traes?
—Tú no has ido al psicólogo en muchos meses.
—Es verdad, ¿Qué con eso?
—¿Por qué no has ido?
—Shaoran, sabes perfectamente qué no puedo dejarte solo.
—Pero…
—Pero nada —lo interrumpe—. Kurogane tiene el club de música, Tomoyo es la presidenta del grupo y está en el consejo estudiantil, Touya tiene práctica de fútbol. Al final la única que no tiene actividades extra escolares soy yo, soy la única que puede acompañarte.
—Eso ya lo sé —alza la voz al igual qué su cara—, pero no debería ser así, no deberías sacrificarte en nada por mí. No está bien, no es correcto —se barre levemente su voz.
—Llora.
—¿Qué clase de consejo de mierda es ese? ¿Llorar? ¿Cómo te sentirías ante alguien qué se desmorona ante las difíciles situaciones en lugar de hacerles frente? Dime, ¿Cómo te sentirías sí sabes qué dependes de mí y me ves llorar y sentir miedo y desesperación? —se quiebra por completo su ronca voz.
—Qué eres un ser humano cómo cualquiera, qué sufre y tiene miedo, qué muchas veces no sabe qué hacer y aún así lo sigue intentando… Shaoran, tienes quince años, no treinta, y aunque tuvieras treinta, es más que válido sentirse desesperado, tener miedo y no saber qué hacer, eres humano, de carne y hueso, mortal y frágil.
—Aún así, no es excusa para no comportarme cómo un hombre, ser responsable y actuar cómo tal… Ser al final de todo la cabeza de lo que sea que desee formar o prevalecer, no puedo simplemente llorar ante lo que me asusta, lo que me superé, lo que no me sienta capaz de hacer o conseguir… No puedo —dijo en un susurro—. ¿Sabes qué eres cómo una madre? Dices que es normal, que tengo quince años, pero tú también, y, eres completamente diferente a mí, eres estoica, taciturna, se nota que tus tragedias te han definido, y eso te vuelve más madura, más dura… Eres cómo una madre, y es qué me siento seguro contigo, creo ciegamente en tí desde el instante en el que me dices que estaré bien, que todo estará bien, qué cuidarás de mí, te creo, y por ende me siento seguro. ¿Tanta falta te hizo tu propia madre?
—¿Conoces esa respuesta Shaoran? —sonríe levemente—. Por supuesto qué me hizo falta mi madre, pero no me malinterpretes, adoro a Yuuko. Sólo qué Yuuko Reed, no es Nadeshiko Amamiya… Aún recuerdo a mi madre —baja considerablemente su voz—. Su aroma dulce, a lilas, su melodiosa voz, su calor, su suavidad al abrazarme, sus labios, sus hermosos ojos como el jade, su cabello largo hasta las pantorrillas, su dulce sonrisa —comienza a llorar—, por supuesto que soy una madre Shaoran, perdí a la mía, y no quiero que nadie qué me importa tenga esos sentimientos que he experimentado en el pasado. No pretendo ser el sustituto de nada, pero no quiero que nadie nunca sienta miedo, porque no imaginas la miseria que se acumula en tí al verte solo, en realidad solo. Es verdad que no puedo salvar a nadie sin antes haberme salvado yo, pero, bueno es complejo, son ambivalencias mías —sonríe—. Quiero mucho a Yuuko, a Clow, son mi familia después de todo. Pero sé y estoy consciente qué aunque los ame con todo el corazón y ellos también, y me digan mi niña, y les digas tíos o padres, entiendo que son los padres de Touya, y aunque me adoren, adoran más a Touya. No es competencia, es lo que es. Una tarde de marzo perdí a mi familia, y me acogió una, una cálida, hermosa, y amorosa familia, pero eso no quita que sea huérfana, pero eso no quita que esté sola, qué sea la última… Es curioso, el apellido Amamiya morirá conmigo, al igual que el Difrey… Sabes, pese a todo lo que te he dicho, no soy malagradecida… No tuve la madre que ya tenía, pero la vida me recompensó con la madre qué necesité.
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Elígeme a mí
Fanfiction"Prefiero no intimar con nadie; hacerlo significa qué conozcan mis secretos, mis miedos, mis demonios, y no estoy preparada emocionalmente para eso".