AVERY
No puedo creer que mi hermana sea capaz de llegar tan lejos. Joshua es un hijo de puta que siempre está a sus órdenes, y es con quien folla de vez en cuando; algo así como un amigo con derechos. Me cuesta trabajo comprender cómo se le ha ocurrido semejante estupidez: mandarlo a que me asuste mediante un intento de violación no es algo que ella dejaría pasar por alto.
Mientras estoy dentro del auto de Said Pemberton, rumbo a su mansión, llego a una conclusión: no se trata de Arath, no, sino de su tío. Beca es una mujer ambiciosa, pretenciosa y frívola. Le advertí que se aburriría de él hasta que encontrara otro objetivo, y al parecer ya lo encontró. Por eso, su plan es sacarme del juego. Solo que esta vez habrá un fallo. Siempre se sale con la suya, pero le demostraré que no todo estará a su favor. Tiene que comprender que soy su hermana mayor y no un maldito juguete.
—¿Por qué me miras de ese modo? —La voz ronca de Said hace que salga de mi ensimismamiento. Espabilo y vuelvo a colocar mi atención en el paisaje a través de la ventanilla del auto.
—No te estaba mirando de ningún modo, solo estaba estudiando el nuevo objetivo de mi hermana —me sincero.
—¿Yo? —me miró de soslayo.
—Sí.
—Se va a casar con Arath —espeta.
—Nadie conoce a Beca mejor que yo, ni siquiera nuestra madre. Ella solo busca tener más dinero y fama, y cuando la oportunidad se le presenta, la toma, sin importar si en el proceso hiere a alguien —confieso con lentitud.
—Sigo sin entender por qué soy su objetivo.
Me muerdo el labio inferior.
—Ella siempre ha querido todo lo que yo tengo. Es como una guerra para ella. Sabe que estaba enamorada de Arath, y ahora lo tiene, pero al enterarse de que estoy con alguien con mucho más poder y dinero que él, te quiere a ti —me sincero.
Viendo pasar todo por la ventanilla, no comprendo por qué mi familia siempre me ha tratado así. No importa lo que haga, diga o gane; nada será suficiente para ellos, algo que aprendí desde muy pequeña.
—Es una niña —rompe el silencio que nos envuelve.
—Supongo.
Lo que resta del camino no decimos nada. Al llegar, admiro la construcción de su mansión; es más grande que la de mis padres y tiene un jardín al que pienso que le faltan algunas flores. En cuanto salimos del auto, las puertas se abren y aparece un mayordomo, junto con una mujer a la que, por su apariencia, reconozco como su ama de llaves.
—Bienvenido, señor Pemberton —lo saluda el hombre canoso, chasqueando los dedos para que enseguida vengan algunos empleados a ayudar con el equipaje.
—Gracias, Gerald.
—¡Said, me da gusto que por fin hayas regresado! —La mujer pelirroja de ojos azules, que debe tener poco menos de cincuenta años, se abalanza sobre él—. ¡Cuánto tiempo sin verte!
Pese a que la mujer tiene sus brazos envueltos alrededor de su cuerpo, haciéndolo ver como una jaula, Said solo se queda como una estatua, con los brazos colgando a ambos lados de su cuerpo.
—Está todo preparado, tal como lo pediste —la mujer suelta su patético ataque verbal.
—Gracias, te presento a mi esposa, Avery Pemberton —me presenta Said, acercándose a mí y rodeando mi cintura con un brazo—. Nos casamos hace un par de días. Espero que la traten como se merece al ser mi mujer y dueña de la casa.
De pronto, la sonrisa de la mujer se borra demasiado rápido; no le agrado, lo comprendo a los dos segundos que ella ancla su dura mirada sobre mí.
—Ella es Davina Jennings —sigue Said—. Mi ama de llaves y mujer de confianza de la familia desde hace años.
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Pasión Rota © [COMPLETA]✅
Romance"Pensó que no tenía secretos, hasta que lo conoció..." Avery Howland nunca pensó que probaría la traición por parte de alguien de su familia, hasta que encontró a su novio en brazos de su hermana. El rechazo la rompe, obligándola a cometer el peor...