AVERY
La mirada desafiante de la mujer que se presenta frente a mí es hostil e irradia veneno. Sé que no puedo competir con ella; tampoco es como que me importe. Después de todo, Said y yo solo somos esposos por contrato; nada va en serio.
—¿Dónde está él? —rompe el silencio que nos envuelve.
Mis deseos de patearle las bolas a Said por no contarme sobre su ex hacen que mueva mis manos con destreza.
—No lo sé —respondo con media verdad.
—¿No que eras su esposa? —enarca una ceja con incredulidad.
Estoy a nada de responder cuando la voz ronca de Said golpea mi espalda.
—Lo es.
La piel se me eriza de manera que quiero salir corriendo de este sitio y darles la privacidad que tal vez necesitan. La mirada de la pelirroja cambia fugazmente; ahora ha relajado el rostro, sus ojos adquieren un brillo de emoción y aparta su cabello por encima del hombro.
—Said —dice ella con exceso de felicidad.
—Daniela —arguye él en tono de sentencia—. ¿Qué haces aquí?
De pronto, el ambiente se vuelve hostil y abrumador. Él no deja de verla como si quisiera asesinarla. Ella parece comprender la indirecta, porque la sonrisa que colgaba hace unos segundos de las comisuras de sus labios ahora no es más que el rastro de una mueca desagradable.
—No traes al modelo contigo —musita él, al ver que no le estaba contestando.
Daniela, como ahora sé que se llama, baja la mirada, y tiene que ser Davina, su madre, quien intervenga.
—Es mi culpa, señor Pemberton —Davina da un paso adelante, con la mirada gacha—. Quería pasar más tiempo de calidad con mi hija, por eso la he llamado.
Said no deja de verla. Poco a poco, intento retroceder para alejarme, dejarlos con sus asuntos; sin embargo, Said es más hijo de puta de lo que creí, ya que me lo impide tomando mi mano.
—Te presento a Avery Pemberton, mi esposa —habla con el pecho hinchado de un orgullo falso.
La pelirroja se obliga a apartar la mirada de él para posarla sobre mí; me mira de arriba abajo como si yo no fuera la gran cosa, luego se cruza de brazos.
—Un placer —bufa—. Soy Daniela Jennings, la ex de…
—Una vieja amiga —interrumpe Said, quien se come viva a Davina—. No la quiero aquí.
—Pero no tengo a dónde ir —reclama Daniela.
—No es mi problema.
—¿Cómo me haces esto después de tantos años? —pregunta indignada.
—Y eso sigue sin ser mi problema.
Odio decirlo, pero siento que el aire me falta y que estoy en medio de una batalla que no me corresponde. La cabeza me estalla, los recuerdos de la noche anterior vienen a mí como un golpe de un profesional, y me parece que no tengo por qué estar aquí.
—Con su permiso —digo.
No obstante, me quedo en mi sitio al ver que Said me lanza dagas de fuego con los ojos. Mi móvil comienza a vibrar y veo que se trata de un mensaje de texto de… Arath.
ARATH: ¿Nos podemos ver? Es urgente.
Frunzo el ceño; él no es de los que suele usar mensajes para quedar con alguien, siempre llama, lo que me hace saber que algo anda mal.
ESTÁS LEYENDO
Pasión Rota © [COMPLETA]✅
Dragoste"Pensó que no tenía secretos, hasta que lo conoció..." Avery Howland nunca pensó que probaría la traición por parte de alguien de su familia, hasta que encontró a su novio en brazos de su hermana. El rechazo la rompe, obligándola a cometer el peor...