[5]

43 5 2
                                    

Bulma despertó esa mañana sintiendo el peso de sus decisiones, pero también una fuerza renovada. Se había mirado al espejo cientos de veces, pero ese día algo en su reflejo le hablaba de poder y control. Estaba lista para afrontar su destino y, sobre todo, para ajustar cuentas con Yamcha. Mientras se alistaba, su mirada se dirigió a un montón de revistas apiladas sobre su escritorio. Algo le hizo detenerse, y con curiosidad tomó una de las revistas. Al leer el titular, su corazón dio un vuelco, pero no por sorpresa, sino por la confirmación de lo que ya sabía:

"El compromiso del año: Bulma Briefs y Vegeta Ouji, la fusión que sacudirá al mundo empresarial."

Ahí estaba, plasmado en letras doradas para todo el mundo. Su compromiso con Vegeta Ouji ya no era solo un acuerdo privado entre familias. Ahora, era el escándalo que ocupaba las portadas de las revistas más importantes. Sus rostros aparecían en cada página. Ella, con su porte elegante, y Vegeta, con su mirada fría y desinteresada. Para el público, eran la pareja perfecta: dos herederos destinados a dominar el mundo empresarial. Pero Bulma sabía que detrás de esa imagen cuidadosamente elaborada, todo era una farsa. Un plan meticuloso para vengarse del hombre que la había destrozado.

Mientras pasaba las páginas de la revista, sonó su teléfono. La pantalla mostró un nombre que ya no le provocaba las mismas emociones: Yamcha. Por un instante, la rabia amenazó con salir a la superficie, pero Bulma respiró profundo. Este era el momento que había estado esperando, y tenía que manejarlo con la frialdad que había cultivado en los últimos días.

Tomó el teléfono y deslizó el dedo para contestar.

—¿Aló? —dijo con una voz serena, casi indiferente.

La voz de Yamcha del otro lado sonaba preocupada, tensa.

—Bulma… ¿Qué está pasando? Vi las noticias, las revistas… ¿Es verdad lo que están diciendo? ¿Estás comprometida con Vegeta Ouji?

La desesperación en su tono era evidente, y Bulma no pudo evitar sonreír para sí misma. Lo tenía justo donde quería. Haciendo una pausa dramática, dejó que el silencio se prolongara unos segundos antes de responder.

—Sí, Yamcha. Es cierto —dijo, su voz tranquila, pero con una dureza que lo golpeó como un puñetazo invisible.

Un silencio incómodo se instaló en la línea antes de que él hablara nuevamente, esta vez con una mezcla de incredulidad y angustia.

—¿Por qué? —preguntó Yamcha, incapaz de comprender—. No entiendo, Bulma. Dijiste que me amabas. Dijiste que estaríamos juntos. ¿Qué pasó? ¿Qué te hizo cambiar de opinión?

Ella dejó escapar un suspiro teatral, fingiendo una compasión que no sentía.

—Yamcha, las cosas cambian. La vida es complicada. A veces, tienes que tomar decisiones por el bien de tu futuro, aunque no sean las más fáciles.

Él, claramente confundido y dolido, intentó recuperar el control de la situación.

—Pero tú me amas, Bulma. Sé que lo haces. No entiendo por qué harías algo así. Vegeta no es para ti. ¡No puedes casarte con alguien a quien no amas!

Bulma se mordió el labio para contener la risa que luchaba por salir. Esto era mejor de lo que había planeado. Se paseó lentamente por la habitación mientras jugaba con un mechón de su cabello.

—Oh, Yamcha… Claro que te amo —dijo con una voz dulce, pero vacía—. Pero esto es algo que tengo que hacer. Por mi familia, por mi futuro. Es solo temporal, te lo prometo.

Yamcha hizo una pausa, como si tratara de procesar sus palabras.

—¿Temporal? ¿Qué quieres decir? No entiendo, Bulma, explícamelo.

La Venganza perfecta [Vegebul][AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora