𝟢𝟥 || 𝖼𝖺𝗆𝗂𝗇𝗈𝗌 𝗊𝗎𝖾 𝗌𝖾 𝖼𝗋𝗎𝗓𝖺𝗇

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El sol entraba perezosamente por las cortinas de mi cuarto cuando desperté

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El sol entraba perezosamente por las cortinas de mi cuarto cuando desperté. El reloj marcaba ya el mediodía, pero no podía concentrarme en la hora. Mi estómago rugía, aunque el nudo en él no era exactamente hambre. Hoy era el día de la cita con Nicholas, y los nervios me tenían en otro mundo. Me levanté despacio, arrastrando los pies hacia la cocina. Necesitaba distraerme.

"Algo simple", pensé mientras sacaba el arroz para sushi. "Salmón, palta y queso." Empecé a cocinar, el sonido del arroz burbujeando en la olla era casi hipnótico, pero mi mente no dejaba de divagar hacia Nicholas. ¿Cómo sería la cita? ¿Y si salía mal? Mientras cortaba los ingredientes, la curiosidad me picaba. No suelo investigar a las personas, pero con él... algo me inquietaba.

Dejé el cuchillo en la mesa, me acerqué al teléfono y, casi sin pensarlo, tecleé su nombre: Nicholas Alexander Chávez. En menos de un segundo, el buscador arrojó varios artículos. No eran sobre su talento, ni sobre su carrera en ascenso... sino sobre algo mucho más oscuro. Mi corazón dio un vuelco al leer los titulares: "Nicholas Alexander Chávez, envuelto en rumores de adicciones y comportamiento errático."

―¿Qué... qué es esto? ―murmuré para mí misma, leyendo con rapidez. Los artículos mencionaban fiestas descontroladas, problemas con sustancias, e incluso intervenciones de sus amigos y familia.

Sentí el estómago revuelto. Todo esto me recordaba tanto a mis padres, al caos que rodeaba nuestras vidas cuando las adicciones se apoderaron de ellos. No podía creer que estuviera acercándome a alguien que tal vez estuviera en el mismo camino.

El teléfono todavía estaba en mi mano cuando decidí llamar a Emma. Necesitaba hablar con alguien.

―¡Emma! ―dije, tratando de no sonar demasiado alterada cuando me respondió.

―¿Qué pasa, Mia? ―preguntó ella con su tono habitual, despreocupado y lleno de energía.

―Estoy nerviosa por la cita de hoy ―confesé, empezando a caminar por la cocina de un lado a otro.

―Es normal, Mia. Es una cita. Relájate un poco.

―No es solo eso, Emma. Acabo de encontrar información sobre Nicholas... hay rumores horribles de que tiene problemas con adicciones. No sé qué pensar. No quiero... no quiero terminar en una situación como la de mis padres.

𝐖𝐈𝐓𝐇𝐎𝐔𝐓 𝐘𝐎𝐔 | nicholas alexander chavezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora