"Creo que necesitamos hablar"
Eso era lo que decía el mensaje de Evan.
No me atrevía a hacerlo pero... ¿Por qué?
Mire a mí alrededor en el departamento.
Bebí otra taza de café mientras continuaba mirando las carpetas que tenía en el sofá y la mesa de café.
Restregué mis ojos y mire mejor la carpeta que tenía la información sobre "el virus" pero no lograba entender del todo.
El timbre sono y camine en mis medias.
-¿Hola?
-Hey, Emma.
¿Aaron?
-Hey, hola.
-¿Me dejas subir?
-Oh, sí.-presione el botón que le permitía la entrada.
Tome todas las carpetas y las amontone para guardarlas en la maleta que estaba sobre el armario.
Dos golpes en la puerta anunciaron su llegada. Me restregué las lagañas de los ojos y fui a abrir.
Él se encontraba ahí. Con unos jeans oscuros, una camiseta gris oscuro y su chaqueta.
-Hola.-conteste y sin evitarlo di un bostezo.
-¿Te desperté?-preguntó mirándome.
-No.-negué con la cabeza.- Solo estoy cansada.-me quite de la puerta y el entro.
-¿Cómo te fue en el vuelo?
Abrí los ojos con sorpresa.
¿Cómo lo supo?
-Oh, Will me lo comento.-pareció leer mi mente.
Asentí a sus palabras.
-Bien, solo estoy un poco cansada.-le repetí y el asintió.
-¿Y esa venda?-Aaron tomo mi muñeca derecha y los recuerdos volvieron a mí.
Flash Back.
Corrí escaleras arriba en busca de la puerta que Jackson me había dicho.
-El tercer piso esta vacío de cualquier puerta.-le gruñí.
-Es un salón de baile.-la voz de Will me hizo mirar mejor el salón y en efecto era un salón de baile.
-¿Y ahora?
-Ya, ya.-se escucharon unos segundos de silencio y luego hablo.- Encontraras una de las ventanas abiertas y ella te llevara a un árbol.
-Okay...
Busque por todas las ventanas, hasta que una en particular me llamo la atención, el cerrojo brillaba y entendí que estaba roto.
Mire a los costados y escuche pasos.
-Mierda.
Sin pensarlo me arroje por la ventana esperando que el árbol estuviera cerca, pero lo único que encontré fue un vacío y luego choque con una rama de la que me prendí fuertemente.
Sentí un dolor en mi muñeca derecha.
-Puta...mierda...-gruñí.
-¿Qué paso?
-Nada.
Ignorando el pequeño dolor en mi muñeca fui balanceándome de mano en mano, llegue hasta una buena rama bastante grande y segura, me balancee con mis piernas y me senté en la rama.
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Lo que nadie sabe de mi.
ActionLa vida es dura, lo puedes aprender de muchas cosas, de muchas razones, de muchas ocasiones. Dicen que nada pasa por casualidad, que todo tiene una razón, o que simplemente es tener mala suerte,una de las tantas personas que dicen eso es Emma Broo...