Capítulo 6

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Jueves.

Bendito y amado jueves.

Jueves de las carreras.

Luego de casi cuatro semanas, hoy eran las carreras. Iban a ser la semana pasada, pero se habían suspendido porque uno de los coches que competiría se había averiado o algo así habían dicho. No había escuchado muy bien en ese momento.

Tres semanas ya han pasado desde nuestra llegada a Chicago, y seguimos sin tener tanta información como me gustaría tener. Pero es lo que tenemos hasta ahora, solo nos falta ingresemos a la pandilla y desde allí todo será más fácil.

Oh también abandonamos la habitación del hotel, creímos que levantaríamos sospechas si seguíamos ahí. Bueno, en realidad ese había sido mi argumento para salir de ahí, no soportaba quedarme por más tiempo en un hotel. Alquilamos un departamento en la zona media de Chicago, que nos es realmente cómodo y pasamos desapercibidos fácilmente.

Mire el reloj de pared de la habitación.

21:35

La carrera comenzaría en veinticinco minutos exactos

Tiempo de sobra para mí.

Corrí hacía el baño y me di una ducha rápida. Minutos después salí del baño con una toalla envolviendo mi cuerpo. Busque un conjunto de ropa interior de los cajones y me lo coloqué. Luego procedí buscando unos jeans oscuros y una camiseta sin mangas color blanco. Ya vestida, camine hacía el baño, desate el moño desordenado, dejando caer mi cabello por mis hombros en ondas naturales, lo peine con mis dedos, cepille mis dientes y comencé a maquillarme. Nada fuera del otro mundo, corrector de ojeras, polvo compacto y máscara de pestañas.

La verdad es que nunca me gustó ser demasiado exagerada con el maquillaje, y eso lo aprendí de mamá. Ella siempre había sido muy sencilla y casual. De pequeña siempre solía decir que de grande querría ser como ella, y no me malinterpreten, aún quiero serlo, pero eso será imposible. Yo no poseo el corazón, bondad y amabilidad que tenía mamá. Los años sin mis padres y con más de diez horas de entrenamiento diario, y las horas que pasaba en el instituto, y sin contar si tenía alguna misión que cumplir, no tenía tiempo ni siquiera para dormir, pero aun así intente ser lo más cariñosa que lograba con Elena. Y de no ser por ella, yo realmente sería una piedra sin corazón ni sentimientos.

-¡Quince minutos Emma!-grito Jessie desde la sala de estar del departamento, salí de mi trance de mi mundo de pensamientos para volver a concentrarme en lo importante.

Las carreras.

Patear muchos traseros.

Tal vez besar a algún chico guapo...

¡No! ¡Eso no!

¿Por qué no?

¡Por que no!

Agh... Aburrida

Le saque el dedo mentalmente a mi subconsciente.

En una mochila coloqué un cambio de ropa y unas botas militares, ya que tenía puestas unas de tacón grueso.

Tome mi teléfono y salí de la habitación, y camine por el pasillo, me encontré a Jessie tecleando en su teléfono y me miro con una pequeña sonrisa, le levante una ceja y la borró de inmediato.

-¿Lista?-preguntó guardando su teléfono en el bolsillo trasero de sus pantalones.

-Sip-dije tomando mi chaqueta de cuero del perchero de la puerta de entrada. Me coloque la chaqueta y di un suspiro.

Lo que nadie sabe de mi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora