Capítulo 3

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-Era cierto.-murmuro dolorido.

Le di una paliza.

-Jackson tenía razón, eres fuerte.-lo dijo con una pequeña risa entre dientes.

Ese era el nombre del chico del pasillo.

Se quejó mientras se tocaba el cuello.

-Lo siento...-divague buscando su nombre en mi memoria.

-Will.-completo.

-Will.-repetí.- No quería golpearte... tan fuerte.-casi le sonreí. En cambio el me dio una sonrisa completa.

-No hay porqué.-camine hasta la toalla pequeña, el miro su reloj.- Tengo una junta, nos vemos después.-me guiño un ojo y salió del gimnasio.


****


Llegue a la cafetería, mire hacia los lados, en busca de Jessie. La vi sentada en el fondo mirando a una taza, otra cosa que hace cuando quiere pensar. Busque una manzana y camine donde estaba ella.

-Hey-me saludo al ver que me había sentado frente a ella.

-Tenías idea, ¿no?-fui directa al punto, eso era algo de lo que me di cuenta mientras entrenaba. Ella no puede ocultarme demasiado las cosas.

Intente no sonar brusca, pero me era inevitable. Me había vuelto seria, fría y sarcástica desde hace doce años y eso no era una fase que pasarìa pronto. Desgraciadamente sabia que iba a ser asì por el resto de mi vida.

-Yo... yo no lo sabía, pero de alguna manera lo supuse...-bajo la vista a sus manos

-Hey. -soné más tranquila.- No te culpo, solamente estoy sorprendida. No estoy molesta.

-¿En serio? En la sala parecías estar muy, muy molesta-dijo acomodándose en su lugar

-Por supuesto que estoy molesta-me arqueó una ceja.- El Mayor Mason es un idiota si cree que haré algo con tan poca anticipación y no sin antes discutir mi paga.

-¿Fuiste a entrenar?- preguntó viendo mi ropa, asentí con una sonrisa sin mostrar los dientes.

-Brooks, Stone.-alce la mirada a un moreno de cabello oscuro. Tyler. Un compañero de la oficina, mejor conocido como el asistente del asistente del mayor Mason.- Quiere verlas en su oficina, ahora.

Sin omitir alguna otra palabra nos levantamos de la mesa y caminamos junto a el a la oficina.

-¿Para qué crees que nos citó?-preguntó Jessie mirando la gran oficina.

-Por algo de la misión, seguro.-suspire mientras admiraba el gran techo y el tapiz de las paredes. Me senté en el escritorio y Jessie en una de las sillas que había detrás del escritorio.

En el escritorio había una gran cantidad de papeles perfectamente ordenados junto con varias carpetas. El ordenador estaba apagado y al lado de este estaba un teléfono fijo. Mire el papel tapiz color gris con cuadro negros, el cuarto en si estaba rodeado de cuadros de todos los Mayores Directores de la agencia. En una de ellas estaba la foto de mi padre (una foto que no me dejaban llevarme, pero que la robaría algún día), en ella sonreía ampliamente sentado en uno de los brazos del sillón. En sus ojos había unas pequeñas arrugas, que decían cuan sincera es su sonrisa.

Oh Dios, como lo extraño.

-Hola.-Will y Jackson entraron por la puerta de doble hoja. Jessie volteo y yo quite la mirada del cuadro antes de que alguna lágrima se escapara de mi ojo.

Lo que nadie sabe de mi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora