—Sí—dijo después de leer por tercera vez las cuatro palabras plasmadas en la hoja de papel que aún estaba entre sus dedos. Una sonrisa se extendió por todo su rostro, emocionada y consternada al mismo tiempo ¿y ahora? ¿que se supone que cambiaba entre las dos?
—¿Sí?—preguntó Astrid emocionada ante la reacción de la pelirroja que no le regresaba la mirada, aún fija en su regalo. —¿En serio?
—Sí, solo que—comenzó a decir, aún nerviosa y con el corazón a toda velocidad. —¿Qué significa?
Azul era inexperta en muchas cosas cuando se trataba de relacionarse con otras personas, ella jamás pasó por las nuevas experiencias que estaba viviendo ahora junto a la morena, nunca había tenido que pasar por ella, es más, ni siquiera había pensando en la posibilidad de vivirlas alguna vez. Todo lo que sabía sobre el amor estaba basado en las películas románticas que veía de niña con su mamá o en los libros de romance que leía en la adolescencia.
—¿A qué te refieres?—preguntó la morena con confusión.
—¿Qué significa que seamos novias?—dijo con inocencia. Astrid casi se reía de ella, casi, porque le generó más ternura que burla la pregunta de la chica. —Digo, se que significa, pero en nosotras ¿Cómo aplicaría?
—Pues que te escribiré todos los días, de manera bonita.
—Eso ya lo haces—dijo Azul en búsqueda de otra respuesta.
—Sí, pero lo haré con más frecuencia—mientras decía, tomó la mano de la pelirroja entre las suyas, analizando la piel suave de la otra. —También haré esto.
Los dedos de ambas se entrelazaron, Azul dejó su mirada fija en sus manos unidas, con la piel cosquilleando.
—Eso también ya lo haces.
—Mmmm—Astrid pensó en qué más podría decirle o en cómo explicarle la relación que quería con ella. Tomó el rostro de la pelirroja y lo acercó al suyo para depositar un suave beso en sus labios, recibiendo una sonrisa como respuesta. —Haré esto más seguido.
—¿Esa es la diferencia?—Azul abrió los ojos sin separarse mucho de Astrid, mientras el juego seguía su rumbo, ignorando todo a su alrededor, como suele pasar cuando está con ella. —Lo siento, es que yo a-antes, no había, no, nunca había tenido una novia o novio.
—Yo había tenido novios antes—dijo despacio, como si fuera un secreto entre las dos, tratando de ser clara con sus palabras. —Pero serías mi primera novia.
Eso hizo sonreír a Azul de manera tierna.
—¿Y qué hacías con ellos?—no preguntaba con morbo, si no con curiosidad, tratando de entender aun que era la diferencia de ser novias y no amigas. ¿Qué le daba ese título de especial?
—No creo que sea buena idea que hablemos de los ex's.
Astrid se alejó de ella, pero regresó su mano a la de la pelirroja, acariciando su mano con su pulgar mientras entrelazaban sus dedos nuevamente.
—Tengo curiosidad de saber como eras con ellos.
—No la tengas—dijo nerviosa sobre el rumbo de la conversación. —Se que tienes dudas, pero no hablemos de mis relaciones pasadas, me avergüenzan.
—No deberían, es parte de tu pasado. El pasado de una persona es lo que te hace ser quien eres en el presente.
—Que novia tan inteligente—dijo con una sonrisa y aprovechó para robarle un besito.
—Sí somos novias, ¿Qué se supone que debo de hacer ahora?
—Azul, nada cambia entre tú y yo—dijo con calma, recargando su cabeza en el hombro de la otra, aprovechando esa diferencia de altura entre las dos. —Seguimos siendo como somos, quizás la diferencia es la confianza entre las dos.
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Siempre a tu lado.
Roman pour AdolescentsLibro 1 | Siempre Azul siempre ha vivido bajo la demanda de su familia, moldeándose a ella misma para encajar siempre y no perder a los suyos, pero a sus 20 años, el conocer un nuevo mundo y una manera distinta de sentir es demasiada tentación para...