CAPÍTULO 53

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ENTRE LA FAMILIA Y EL AMOR

VENUS

Me desperté con el sol brillando en mi rostro, calentando mi piel y llenándome de energía. Me sentí renovada y feliz, después de una noche de sueño profundo y tranquilo en los brazos de Axel. La cabaña estaba en silencio, excepto por el canto de los pájaros fuera, que parecían cantar solo para mí. La luz del sol se filtraba a través de las cortinas, creando un efecto cálido y acogedor en la habitación.

Me estiré y miré a mi alrededor, disfrutando del entorno tranquilo y sereno. La habitación estaba decorada con un estilo rústico y elegante, con muebles de madera oscura y telas suaves. El aroma a madera y café flotaba en el aire, creando un ambiente relajante y confortable.

Me levanté y me puse una bata ligera que encontré en el armario. La seda suave se deslizó sobre mi piel, haciéndome sentir fresca y cómoda. Salí de la habitación y encontré a Axel en la cocina, con una sonrisa en su rostro. Estaba preparando nuestro desayuno, con movimientos precisos y seguros. El olor a pancakes y huevos revueltos llenaba la cocina, haciéndome agua la boca.

—Buenos días, cabello de fuego —dijo, besándome suavemente en la mejilla. Su beso me envió un escalofrío por la espalda, recordándome la pasión y el amor que compartimos.

—Buenos días, y ya deja de llamarme así —respondí, sonriendo.

La cocina estaba llena de aromas deliciosos. Axel había preparado pancakes, huevos revueltos y café fresco. La mesa estaba puesta con un mantel blanco y flores frescas, creando un ambiente romántico y acogedor.

—¿Te gusta los pancake?, —preguntó, con una ceja levantada.

Me reí.

—Sí, me gustan, —dije, sentándome a la mesa.

Comimos en silencio, disfrutando del momento y de la compañía mutua. Después del desayuno, Axel me tomó de la mano y me llevó afuera.

—Vamos a caminar un rato, —dijo.

Acepté, y juntos salimos al bosque, disfrutando del sol y de la naturaleza. El aire fresco y limpio llenaba mis pulmones, y el sonido de los pájaros y el viento en los árboles era como música para mis oídos.

Caminábamos hacia el sendero silencio del bosque, disfrutando del sol y de la naturaleza. El aire fresco y limpio llenaba mis pulmones, y el sonido de los pájaros y el viento en los árboles era como música para mis oídos. Axel me apretó la mano, y yo sonreí, sintiendo una conexión profunda con él.

—Me encanta el lugar, —dije, mirando a mi alrededor. —Es tan tranquilo y sereno.

—Sí, —dijo Axel. —Es mi lugar favorito para escapar del estrés y la ciudad.

Seguimos caminando, y pronto llegamos a un claro. En el centro del claro había un estanque, rodeado de flores y árboles. El agua estaba calmada y reflejaba el cielo azul.

—Es hermoso, —dije, admirando el estanque.

Axel sonrió.

—Me alegra que te guste, —dijo. —Quería traerte aquí para que pudieras verlo.

Nos sentamos en un banco cerca del estanque, y Axel me tomó la mano de nuevo.

En ese momento, me di cuenta de que mis sentimientos por Axel iban más allá de la amistad. Aunque nuestra relación aún no tenía un etiqueta, mi corazón ya había tomado una decisión.

—Axel, —dije, mirándolo a los ojos. —Aunque no sé qué futuro nos espera, aunque no sé si algún día seremos algo más, ya sé que te amo. Te amo por quién eres, por tu bondad y tu amor.

El Dia Que Mi Mundo Se Detuvo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora