¿Qué irónico no?
Apenas te conocía de vista.
Y mis adentros rugían por encontrar una pista.
Que me hagan sentir con alegría absoluta.
Bajoneado me dirijí a la cafetería.
Sin espera de nada en específico.
Pues creía que no te volvería a ver.
Creía.
Exactamente.
Apenas puse un pie dentro.
Y ahí estaba mi bella mujercita de cafetería.
Estabas sentada en tu típica mesa.
Digna de cualquier realeza.
Como vos lo eras.
Llevabas unas gafas negras puestas.
¿Por qué? Si siquiera sol había.
Y yo acá buscando las respuestas.
Tu blanquecina taza estaba abandonada.
No había recibido la gracia de tus labios.
¿Acaso estaba fría tu bebida?
Con gusto yo la cambiaría.
Me senté simulando beber mi café.
Pero no podía.
Sabía que algo no pintaba.
Tú estabas diferente.
Algo estaba diferente en ti.
Y yo lo descubriría.
ESTÁS LEYENDO
El amor en tiempos de Cafetería
Random«Una taza. Una historia ». . . . . . . . . Coffe, El amor en tiempos de Cafetería©. Todos los derechos reservados. Portada hecha por @obitomai