La violencia no resuelve nada decían.
Los golpes solo conllevan a más violencia decían.
Mi padre me había enseñado
El defender a una dama.
Pase lo que pase, defiéndela, decía.
Y eso hice.
Defendí.
Te defendí, dulce Áster.Apenas pusimos un pie en el piso.
Y la bestia te empujó.¿Qué no le enseñaron que a las mujeres no se les toca con ni el pétalo de una flor?
Como la flor que tú eras...
Oh bella mía, error de él.
Te caíste al piso.
Y mi rabia explotó.
Juro que sólo lo empujé.
Pero hasta hoy día no me arrepiento de haberlo lastimado.
Sin embargo; tú aún llorabas.
Y por primera vez...
Por primera vez me abrazaste.
Fue sin dudas; uno de los días más desafortunados con final feliz.
Porque tú estabas conmigo a salvo.
Sólo conmigo...
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El amor en tiempos de Cafetería
Random«Una taza. Una historia ». . . . . . . . . Coffe, El amor en tiempos de Cafetería©. Todos los derechos reservados. Portada hecha por @obitomai