Capítulo 13: Lo que pasa en la excursión, se queda en la excursión

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Antes de guardar la lista de papel en uno de los bolsillos de su pantalón le dio un vistazo rápido, tachando mentalmente cada una de las palabras que había anotado a medida que verificaba que todo estuviese en orden. Luego de comprobar que ya había cumplido con todas las indicaciones de la lista se giró hacia las integrantes del grupo, sonriendo ampliamente.

Su misma sonrisa era compartida por las chicas que estaban bajo su tutela, todas vestidas con ropas cómodas y cazadoras de montaña. Algunas ya se habían calzado sobre los hombros las pesadas mochilas que contenían todo lo que necesitarían para ese cortísimo viaje.

Ese día Fate estaba a cargo de una de sus actividades favoritas del campamento, y prácticamente el último gran evento que tendrían antes de que el campamento se terminara en apenas un par de semanas más. Era el día de la excursión.

Esa actividad era quizá la que más aprovechaba el amplio terreno en el que estaba emplazado el campamento y su cercanía con el bosque. Había sido ella quién, junto con la ayuda de Yuuno, le había sugerido a Precia esa posibilidad cuando la mujer apenas empezaba a idear las pautas del campamento. La idea de realizar una excursión guiada por el extenso bosque había sido camuflada magistralmente por los jóvenes orientadores como una especie de retiro de oración, para poder reflexionar a medida de que se esforzaban físicamente, someterse a una amplia sesión de oración nocturna donde acamparían para pasar la noche en el bosque y, luego, regresar renovados en Cristo.

La verdad era que, aunque el trayecto que habían establecido para la excursión era bastante largo, a mitad del camino estaba un riachuelo con una corriente suave que era bastante seguro para nadar y en donde podrían divertirse. Además, el contar historias bajo la luz de una fogata mientras acampaban parecía la manera perfecta de celebrar que habían logrado sobrevivir al campamento. Como habían sido ellos los de la idea, se les hizo aún más fácil convencer a la mujer de que les permitiera guiar a sus respectivos grupos, por lo que más que un retiro de oración, diseñaron la excursión como un premio para los asistentes por haber logrado sobrevivir a esa tortura.

Fate ya había guiado a varios grupos, pero ese grupo en particular se sentía más especial que nunca.

Al fin y al cabo, en ese grupo estaba Nanoha. Sería la primera vez que pasarían todo un día juntas y, a pesar de que sabía que esa actividad señalaba el inicio del fin del campamento, lo que significaba que tenía que apurarse en hablar con Nanoha acerca de su situación, estaba decidida a dejar el tema de lado ese día para enfocarse en crear la mayor cantidad de recuerdos posibles con la cobriza antes de que tuvieran que manchar su alegría con algo tan complejo como el futuro.

— ¿Estamos todas listas? ¿Todas con sus mochilas? ¿Agua suficiente? — preguntó Fate en voz alta.

Un sonoro ¡Sí! lleno de emoción retumbó por el lugar.

— ¡Bien! - exclamó Fate, señalando el sendero de partida — ¡En marcha entonces!

El trayecto que tenían que seguir era largo, pero satisfactorio. La excursión de los chicos y las chicas se hacía durante la misma semana pero en días separados, lo que implicaba que, a medida que echaran a andar por el sendero, serían ellas solas contra el mundo, casi como un desafío personal que, irónicamente, también se trataba de fe.

Para Precia, el desafío era una prueba de Fe hacia Dios.

Para Fate, el desafío al que se enfrentaban era una prueba de fe hacia ellas mismas, y nada la revitalizaba más que regresar al día siguiente con algunos raspones, pero con la satisfacción de saber que había podido ser capaz de superarlo.

Las chicas que caminaban tras ellas se veían notablemente emocionadas de estar haciendo algo más que hornear galletas y bordar. A medida que pasaban los minutos y el calor del sol empezaba a notarse más, los rastros de cansancio empezaban a aparecer en sus rostros así como el sudor empezaba a perlar sus frentes, pero en ningún momento sus sonrisas desaparecían. Siguiendo las instrucciones de Fate caminaban a un paso moderado pero firme, algunas ayudándose de ramas que habían obtenido del mismo bosque para darse más estabilidad.

Arrepiéntete (NanoFate)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora