LAS APARIENCIAS ENGAÑAN

54. HONRANDO A DIOS POR SOBRE TODAS LAS COSAS.

1 Samuel 2

30 Por tanto, Jehová el Dios de Israel dice: Yo había dicho que tu casa y la casa de tu padre andarían delante de mí perpetuamente; mas ahora ha dicho Jehová: Nunca yo tal haga, porque yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco.

Cuando finalmente lo terminan de saludar, el pastor Edward sube a dónde yo estoy y toma el micrófono.

—¡¿Cuántos le dan la gloria a Dios?! —pregunta.

—¡¡Gloria a Dios!! —grita la iglesia con fuerza.

—quiero primeramente que todo agradecer a Dios por la oportunidad tan preciosa que me da de volver a estar frente a ustedes —prosigue él.

—¡Aleluya! —gritan algunos hermanos.

—también quiero saludar de manera muy especial a mi supervisor el hermano Benito Grim, también al hermano Henry que nos acompaña y al pastor local el hermano Diótrefes —me mira.

—amén —contesto.

—y a toda la iglesia del Señor que Dios la siga bendiciendo grandemente como lo ha hecho hasta el día de hoy.

—¡¡Amén!! —vuelven a decir.

—con todos nosotros el hermano Diótrefes.

Vuelvo nuevamente a tomar el micrófono y veo como las sonrisas se borran del rostro de muchos hermanos.

Prefiero hacer de cuenta que no ví eso y comienzo a hablar.

—bueno también quiero dejar por aquí a nuestro hermano Henry para que nos salude y nos dirija el culto de hoy.

Inmediatamente el pastor Henry sube a mi estrado y le entrego el micrófono, luego voy a tomar lugar con él supervisor y el pastor Edward.

—Dios les bendiga —saluda el pastor Henry con la seriedad que se manda —quiero saludar de manera muy respetuosa a mi supervisor, también a todo el pueblo del señor y quiero invitarlos para que entremos en un periodo de adoración, usted va a cerrar sus ojos y con sus labios le va a expresar a Dios lo mucho que lo ama.

Yo cerré mis ojos y comencé a adorar a Dios aunque no me podía concentrar al saber que mi hijo se encuentra recluido en una cárcel con una sentencia que aún no se ha definido.

—Dios mío —comienzo a decir —haz algo.

En ese momento comenzó a cantar el grupo de la alabanza.

—levanto mis manos —canta el hermano Jorge —aunque no tenga fuerzas...

No sé porque pero a medida que él cantaba algo se sentía que andaba mal, sin mencionar que el canto iba por un lado y los instrumentos por otro.

Solo aspiró que él supervisor no se de cuen...

—hermano —el supervisor toca mi hombro.

Inmediatamente sentí un frío recorrer mi ser.

Abrí mis ojos en medio de la adoración, hice mi mejor cara de tranquilidad y lo miré.

—cuenteme hermano.

—¿Dónde está el hermano Jak? —me pregunta.

Inmediatamente lo busco con la mirada.

—esta en la primera hilera de sillas del ala derecha. —respondo al verlo de rodillas en su silla.

—¿Por qué no está cantando? —pregunta.

—porque...—me quedó pensando. —porque está suspendido —termino de decir.