1 Corintios 4
21 ¿Qué queréis? ¿Iré a vosotros con vara, o con amor y espíritu de mansedumbre?
Narra Bitia:
Día siguiente.
—¡Aquí!, —le digo al taxista —¡Déjeme aquí!.
—ya oí —responde el conductor —no es necesario que grité.
Mi mayor terror es que me pasen del templo y me toque pagar más tarifa.
Abrí la puerta del taxi y antes de bajarme me alise las arrugas de la falda.
Siempre me gusta andar bien arreglada.
Pague la tarifa y me dispuse a entrar al templo.
Tengo el vago presentimiento de que hoy sera un gran día.
—Dios la bendiga hermana —saludo a la ujier mientras miro quien tanto ha llegado al culto.
—amén hermana Bitia —responde —bienvenida a la casa del Señor.
—gracias —respondo —¿Ya se enteró de la buena nueva? —pregunto.
—¿Que buena nueva? —pregunta confundida.
—pues que los pastores por fin se deshicieron de la cizaña en su casa. —le comienzo a contar.
—¿Cómo así? —frunce el seño.
—siii —contesto, está hermana está muy desinformada —finalmente echaron de la casa a esa hija sinvergüenza.
Ella no responde nada simplemente guarda silencio.
—la invito para que vaya a orar —me cambia de tema.
«Definitivamente con esta hermana no se puede hablar».
Rodeo el templo buscando alguien con quién hablar, es ahí cuando me encuentro con la hermana Emily la cual está parada en la puerta lateral.
—Dios la bendiga hermana Emily —la saludo mirando el lujose vestido que lleva puesto.
—amén —responde dándome una leve sonrisa.
—¿Si supo de la nueva? —le pregunto.
Ella me mira confundida.
«Otra que no se informa de nada».
—pues resulta que...—comienzo a contarle.
—mi esposa no tiene tiempo para escuchar chismes —dice el hermano Jak que acaba de llegar y toma de la mano a la hermana Emily —vamos amor —le dice.
—vamos, —le contesta ella —Dios la bendiga —me dice antes de entrar al templo.
Él hermano Jak ni siquiera me saluda, solo me da una mirada de advertencia como diciendo: alejese de mi esposa.
No sé que es lo que tiene contra mi.
Es un chico bien guapo, pero es muy mal encarado por así decirlo.
Por eso y por irrespetuoso fue que lo sacaron de la alabanza y lo pusieron en disciplina.
Suspiro desilusionada.
«Parece que no hay con quien hablar».
Me dispongo a entrar al templo cuando me encuentro con la hermana Ema.
Hago mi mejor sonrisa.
—Dios la bendiga hermana Ema —saludo feliz porque ella si me va a escuchar.
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LAS APARIENCIAS ENGAÑAN
Novela Juvenil¿Que pensarías si te digo que lo que tú crees y estás seguro que es, realmente no lo es?. pues algo similar es lo que le acontece a Fabricio en esta historia. BIENVENIDOS A LA HISTORIA DE J3. (está historia se realizara después de concluir la histor...