3. LAS LEYES DE LOS J5.

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Nota: holis, este capítulo lo quiero dedicar a Jessica López una buena amiga que por cierto también está escribiendo.

Te deseo lo mejor con tu libro, de verdad que solo he leído el principio y ya me encantó.

Las invito para que se den un paseíto a su perfil y conozcan aquel libro que por cierto está muy bueno.

No siendo más aquí les dejo otro capítulo.




Santa Biblia Reina Valera 1960 - 2 Timoteo 2
22 Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor.


Horas después.

Finalmente he llegado a la tan anhelada fiesta, le dije a mamá que iba a casa de mi primo y ella no tuvo ningún problema.

Ahora me bajo una cuadra antes y le digo al chófer de la casa que se puede marchar.

No soy de las personas que acostumbran a andar de noche así que me da un poco de miedo.

Luego recuerdo que soy todo un hombre y sigo caminando.

El frío de la noche acaricia mi piel haciendo que por ratos me estremezca, la chaqueta que llevo no es lo suficiente gruesa como para cubrirme del todo, lo bueno es que cuando llegue a la fiesta ya no voy a tener frío.

Poco a poco comienzo a oír la música, aceleró mis pasos para llegar más rápido.

«Woooo».

Quedó totalmente sorprendido al ver las luces y escuchar el bullicio, también veo el poconón de carros y motos de muchos de mis compañeros que andan sin licencia.

Es la primera vez que vengo a uno de estas fiestas así que estoy un poco sorprendido.

«Supongo que luego me acostumbraré».

Al llegar al portón, desconozco por completo la casa de mi tía.

«Ya no es un lugar calmado».

Ahora está lleno de adolescentes hormonales, veo como una pareja está contra un árbol besandose y tocándosen todo.

Siento un poco de vergüenza ajena ya que con mi novia no somos así, todavía no nos sentimos preparados para pasar a la siguiente etapa, tampoco quiero presionarla.

Desvío mi mirada hacia otro lado y veo a un chico orinando en las flores que mi tía tanto cuida.

«Dónde se llegarán a enterar de esto...».

Decido hacer ojos ciegos a la situación e intento entrar.

Pero un chico que está en la puerta me lo impide.

—contraseña —me pide.

—¿Contraseña? —repito confundido.

—si, la contraseña —responde —si haz sido invitado, tienes que saberla.

Pensé que entrar a una fiesta era más sencillo.

Comienzo a pensar la forma de entrar.

Por más que pienso no se me ocurre ninguna contraseña.

—no necesito contraseña —le contesto —soy el primo del anfitrión.

—eso ya lo sabemos —me dice riendo —pero a pesar de ser tu primo no te invito.

En eso otro chico que está por ahí cerca se une a la conversación.

—mirate nada más —me dice mientras fuma un cigarro —solo eres un chamaco, vete para tu casa a buscar el tetero.

LAS APARIENCIAS ENGAÑAN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora