Capítulo 6: Golpea y Corre: El Noble Arte de Fabricar un Arma Patética

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Has logrado sobrevivir un poco más de lo que esperabas en este mundo nuevo y peligroso, pero ya te diste cuenta de algo importante: necesitas un arma, ya mismo. Porque, aunque correr como un loco hasta ahora ha funcionado, tarde o temprano te vas a topar con algo más rápido que tú... y bueno, ahí se acaba la carrera. Así que, ¡manos a la obra!

Opción 1: El Clásico Garrote

Si hay algo más básico que un garrote, probablemente sea una piedra. Y lo bueno es que un garrote es solo un palo, así que el estándar está muy bajo. Busca un palo grande y fuerte (no, la ramita esa no sirve) y afílalo con una piedra o algo duro que encuentres. Si tienes suerte, hasta podrías pegarle algo puntiagudo en la punta, como una roca afilada o, si te sientes ingenioso, algunos clavos oxidados que encuentres por ahí. ¡Felicitaciones! Ahora tienes un garrote que parece salido de un programa de supervivencia cutre.


Opción 2: Lanza con Piedra Afilada

Si te sientes más sofisticado (y por sofisticado, quiero decir que te has encontrado con una piedra con forma de punta), puedes ir por una lanza. Encuentra un palo largo, de nuevo, algo decente, nada que se vaya a romper en tu primer enfrentamiento. Luego, amarras la piedra con algún tipo de cuerda improvisada, como lianas o incluso pedazos de tu ropa (no quiero saber qué parte). Voilà, tienes una lanza. Puede que no sea letal, pero al menos mantendrá a los enemigos más lejos de ti. Y si no funciona, siempre puedes lanzarla y salir corriendo.


Opción 3: Arco y Flecha (si consigues cuerda)

Para los más aventureros (y pacientes), está el arco. Pero te advierto, necesitarás cuerda. Si por algún milagro divino la encuentras, podrías tallar un arco rudimentario y flechas afiladas. Claro, lo más probable es que te salga un arco más chueco que tus habilidades sociales, pero ¿quién sabe? Tal vez puedas disparar a algo más grande que tú y sobrevivir para contarlo... o fallar y ver cómo te atacan mientras intentas escapar. No pierdes nada (excepto la dignidad, claro).


Consejos Útiles para No Morir con tu Primer Arma

No te golpees a ti mismo: Sé que esto suena obvio, pero créeme, si llevas un garrote o una lanza y haces movimientos demasiado entusiastas, podrías acabar dejándote más cicatrices que al enemigo. El truco es mantener la calma. No hace falta ser un ninja, pero tampoco te pongas a agitar el arma como si estuvieras cazando moscas.

Golpea las partes blandas: Si el enemigo es un goblin, una especie de rata gigante o incluso un ladrón descuidado, apunta a las partes blandas. Si tiene ojos, apunta a los ojos. Si tiene entrepierna... bueno, ya sabes. Esto es supervivencia, no una competición de honor. Y recuerda, el garrote no está hecho para el estilo, sino para la efectividad.

Usa la lanza como un palo para mantener la distancia: Si elegiste la lanza, úsala para mantener a cualquier cosa asquerosa lejos de ti. Un buen empujón con la lanza puede ser la diferencia entre tener espacio para respirar o estar ahogándote en un abrazo mortal de un lobo furioso. Que la punta afilada no sea solo decorativa.

Si tienes arco, no lo uses a quemarropa: Disparar un arco a 10 centímetros de distancia puede sonar impresionante en una película, pero en la vida real, es una receta para la frustración. Mejor dispara desde una distancia segura... y reza porque le des a algo más que al aire.

No te confíes demasiado con tu nuevo "arma mortal": Este es el consejo más importante: no te creas Conan el Bárbaro porque llevas un palo afilado. Recuerda que esta arma es lo más rudimentario que se puede fabricar. Si enfrentas a una criatura que tiene más dientes que tus dedos de manos y pies combinados, huye. Sí, es mucho más útil que te reconozcan como "el cobarde que vivió" que como "el valiente que terminó en la cena".


Así que ahí lo tienes, aventurero novato: tu primera arma. Y aunque no es una espada mágica ni un rifle de asalto, un palo con una roca es mejor que nada. Usa tu cabeza, sé ingenioso, y recuerda: cuando todo falle, correr sigue siendo una opción válida.

¡Suerte en tu próxima aventura, campeón del garrote!

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