Guía de Supervivencia para Invocados

PRÓLOGO

Bienvenido a esta Guía para Sobrevivir en Caso de ser Invocado a Otro Mundo, un compendio de sabiduría útil (y no tan útil) para aquellos que han tenido la suerte, o mejor dicho, la desdicha, de convertirse en el héroe involuntario de algún lugar lleno de dragones, elfos exuberantes, y probablemente más goblins de los que te gustaría conocer. ¿Cómo llegaste aquí? Bueno, seguramente fuiste víctima de Camión-San, ese justiciero implacable del tráfico que parece tener un acuerdo tácito con los dioses para atropellar a la gente y mandarlos de paseo interdimensional.

Pero no temas. Estás vivo (más o menos), y estás en camino a una aventura épica. Aunque, antes de que te emociones demasiado, déjame advertirte: este no es un cuento de hadas, y tampoco tienes garantizado convertirte en un guerrero musculoso con una espada mágica. No, mi querido lector, lo más probable es que termines medio desnudo, en medio de un bosque (o peor, un desierto), sin saber qué hacer y con una serie de preguntas filosóficas del estilo: ¿por qué me sigue este slime baboso? o ¿qué tan malo puede ser este lobo de dos cabezas?

Esta guía es tu manual de supervivencia. Aquí te enseñaremos lo básico y no tan básico: cómo negociar con el dios que te invocó, cómo encontrar comida sin morir envenenado por setas mágicas, y qué hacer cuando te enfrentes a tu primer enemigo, que probablemente será un goblin con muy malas intenciones. (Consejo rápido: correr es siempre una opción válida).

También hablaremos de cosas cruciales para tu bienestar, como construir una choza que no se caiga a pedazos al primer viento, encontrar aliados que no te traicionen (o lo hagan, pero solo un poco), y lo más importante, cómo iniciar tu propio harem.

Así que relájate, respira hondo, y prepárate para un viaje lleno de caos, magia, y decisiones cuestionables. Sobrevivir no será fácil, pero si sigues nuestros consejos (o al menos te ríes mientras fallas), quizás, solo quizás, termines con algo más que una tumba prematura. ¡Buena suerte, héroe involuntario!