Guía de Supervivencia para Invocados

Capítulo 8: ¡Construye tu base, tu fortaleza, tu trono! Y no olvides el baño...

Bueno, ya llevas un tiempo vagando por este nuevo mundo. Has huido de goblins, te has escondido de lobos y, con suerte, te has cruzado con alguna chica mágica despistada. Ahora te das cuenta de algo importante: necesitas un lugar propio. Un sitio donde puedas descansar sin el temor constante de que un goblin te muerda el trasero mientras duermes.

¡Es momento de construir tu base de operaciones! O tu fortaleza, si te sientes muy épico (aunque probablemente termine siendo más una choza cutre hecha de palos). Tener un lugar donde vivir es crucial en este nuevo mundo, porque, aunque lo niegues, no puedes seguir viviendo como un vagabundo medieval. 

Paso 1: Elige el Lugar Adecuado (Que No Esté Encantado)

Antes de ponerte a talar árboles como loco, asegúrate de encontrar el lugar ideal. Y no, no basta con un lugar que "se vea bonito". Esto no es una aventura gráfica, aquí todo puede matarte. Así que, elige bien:

Evita sitios con huellas gigantes. Si ves pisadas del tamaño de tu cama, probablemente el dueño del terreno es un troll o un dragón, y créeme, no querrás estar en su lista de "visitantes inesperados".

Cerca de agua, pero no demasiado cerca. El agua es crucial, pero no querrás que en plena noche te venga una inundación mágica o, peor, que tu base se convierta en el lugar de caza favorito de alguna sirena carnívora.

Lejos de criaturas irritantes. Si has aprendido algo de los goblins, es que les encanta aparecer en los peores momentos. Busca un sitio elevado, alejado de bosques densos donde puedan esconderse... o donde puedan espiarte cuando estés en el baño.

Aquí es donde tu nueva compañera puede ayudarte, pregúntales por lugares seguros. Las chicas conejo tienen una habilidad innata para detectar peligros (y su sentido de la aventura podría llevarlas a las mejores ubicaciones). Las elfas, por su parte, son expertas en los bosques y pueden guiarte a lugares ocultos y seguros.

Paso 2: Recolección de Materiales (Sin Parecer un Lunático)

A ver, construir una fortaleza de piedra sólida sería increíble, ¿verdad? Pero seamos realistas: no tienes herramientas ni conocimientos de arquitectura medieval avanzada (a menos que el dios inútil te haya dado alguna habilidad extraña, pero no contemos con ello). Así que, palos y hojas serán tu mejor opción inicial.

Madera: Hazte con un buen montón de ramas gruesas. Recuerda: más vale que te sobren que quedarte corto. ¿No tienes hacha? Bueno, utiliza lo que tengas a mano. Si hace falta, improvisa una con piedras afiladas. ¿Va a quedar profesional? No. Pero no estás compitiendo por un premio de diseño arquitectónico aquí.

Hojas o hierba alta: Necesitarás algo para cubrir tu techo, aunque no esperes que sea a prueba de lluvia. Si encuentras alguna planta mágica que repela el agua, pues mucho mejor, pero no te emociones demasiado. Asegúrate de no utilizar hojas que emitan un brillo sospechoso o te arriesgas a que tu techo sea un nido de monstruos en vez de protección.

Piedras: Perfectas para hacer un pequeño muro alrededor de tu "base" (y evitar que cualquier cosa arrastrante se cuele). Además, también pueden servir para construir tu primera herramienta "multiusos": una piedra para lanzarla al aire con desesperación cuando algo te ataque.

Como siempre, tus compañeras pueden ser increíblemente útiles para ayudarte con estas tareas.

Paso 3: Construcción (O lo que Sea que Salga)

Ahora que tienes tus materiales, es hora de comenzar. Un refugio básico debería tener cuatro paredes y un techo. El lujo del diseño minimalista está en auge, así que no te preocupes si lo tuyo parece una cabaña de castores hecha por un niño de cinco años. Lo importante es que no se caiga encima de ti.

Levanta primero la estructura. Clava (o más bien, clava con fuerza bruta) las ramas en el suelo para crear el esqueleto. Las paredes pueden ser una mezcla de ramas y hojas, pero si encuentras barro, úsalo también para darle un toque "eco-friendly". Lo que más te interesa es que el viento y la lluvia no se cuelen como si estuvieras durmiendo en la intemperie.

Paso 4: ¡El Baño! Porque Hasta los Héroes Necesitan Privacidad

Aquí no hay debate: necesitas un baño. Puede que seas el próximo gran héroe de este mundo, pero hasta los héroes necesitan... descomprimir. No querrás estar en medio de una epopeya mágica con problemas intestinales, ¿verdad?

Trinchera básica: Encuentra un lugar apartado de tu base (no querrás que los olores viajen con el viento directo hacia ti) y cava un agujero profundo. Siéntete libre de decorarlo con algunas piedras para darle ese toque "místico", pero no te compliques demasiado. Recuerda, lo importante es que esté lejos de tu fuente de agua. No queremos héroes con disentería mágica.

Un poco de privacidad: Puedes rodear tu baño improvisado con ramas o piedras, pero al menos que nadie te vea en tus momentos más vulnerables. No sería la mejor impresión si en tu primera interacción con un nativo del lugar estás agachado en una trinchera.

Paso 5: Defensas (Porque Siempre Hay Un Goblin Merodeando)

No olvides las defensas. Tal vez quieras construir un muro o un foso alrededor de tu refugio. Un foso, una trampa bien colocada o incluso un muro improvisado te ayudarán a mantener alejados a los intrusos (y a las criaturas con malas intenciones). Las chicas en tu equipo pueden ayudarte a idear trampas ingeniosas. ¡Imagina un goblin cayendo en una de tus triquiñuelas! Eso sería una victoria digna de celebrar.

Conclusión: Tu Primera Base, Tu Primer Refugio

Tener una fortaleza (o más bien, una cabaña de mala muerte) es el primer paso hacia la supervivencia real en este nuevo mundo. No será el Palacio de Cristal, pero si logras que no te caiga encima y consigues dormir una noche sin interrupciones, ya estás avanzando.

Consejo final: No escatimes en el baño. En serio. Puede que sea lo más rudimentario de tu base, pero es lo que mantendrá tu dignidad intacta. Ahora, ¡a construir esa fortaleza y que comience la diversión!