07: Error de enamorado

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Estar en clases un jueves a las doce del día era una tortura, y más a sabiendas de que sólo quedaba un día más para disfrutar del fin de semana

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Estar en clases un jueves a las doce del día era una tortura, y más a sabiendas de que sólo quedaba un día más para disfrutar del fin de semana.

De todas formas, no es como si el castaño hiciera mucho en su fin de semana, fuera de quedarse en su cuarto, encerrado, jugando en línea o leyendo. Inclusive, para él los jueves eran mucho más interesantes que un fin de semana, específicamente en las tardes, pues a cierta hora después de clases las porristas del equipo escolar practicaban sin falta en una esquina del gimnasio.

Y no es que Frank fuera un adolescente pervertido ni nada por el estilo, pero de todas las porristas, a sus ojos siempre se destacaba una en particular.

Su posible nombre podría ser Geraldine o Gina, ya que normalmente en los ensayos él había escuchado que las demás se dirigen a ella como 'Gee'.

Frank nunca le había preguntado personalmente porque en el año y medio que llevaba en la escuela nunca le dirigió la palabra, por el simple hecho de que Geraldine (o Gina) era dos años mayor que él y casi nunca se la encontraba al tener horarios tan distintos.

Para empezar, la primera vez que supo de su existencia fue cuando su mejor amigo tuvo que irse más temprano, y al no tener ganas de regresar a su casa a sabiendas de que habían llegado de visita sus familiares y lo primero que le preguntarían era si ya había encontrado compañero.

La respuesta siempre era no, evidentemente. Pues no tenía tanta suerte en el amor, ni en encontrar compañero de cualquier género, cortejar, lo que sea que englobara ese tipo de conceptos.

Ese día, siendo un mismo jueves, caminando por los pasillos escuchó ruidos dentro del gimnasio seguido de un olor cítrico y suave que agradó instantáneamente a su nariz y alborotó por completo su lobo interior, se acercó para segundos después de asomarse descubrir que eran las porristas practicando su rutina para el juego de la próxima semana.

Sus ojos instantáneamente se plantaron en una chica posicionada a la izquierda del grupo, tenía una gracia indescriptible, su cabello castaño claro ondeaba con sutileza mientras daba pequeños saltos y movía los brazos con entusiasmo, podía notar sus caderas debido a la tela de su traje y dejaba al descubierto sus hermosas piernas, lo más distintivo en su rostro a esa distancia era su maravillosa nariz recta y su blanca piel.

Se había dado cuenta de lo flexible que era al momento de hacer un split perfecto a media rutina y ponerse de pie nuevamente como si nada, lo dejaba completamente embobado el cómo se tomaba con tanto compromiso su papel como porrista, aunque no fuera la principal o la líder del equipo. Pero eso no importaba en absoluto, pues a opinión de Frank, ella parecía la líder de lo buena que era. Se merecía totalmente ese puesto, le desesperaba un poco cómo es que Gee tenía que ser el centro de atención y no lo era, ¿Es que no se daban cuenta?, no había nadie más en el equipo que brillara así.

¿Sería de ella ese peculiar olor?

Mientras divagaba por su mente esa pregunta, notó un poco tarde que la muchacha se había distraído un momento, haciendo un gesto gracioso con sus cejas y su nariz frunciendo el ceño mientras volteaba discretamente por todos lados. Frank se asustó que hubiese la posibilidad de que lo viera y rápidamente volvió a meter la cabeza.

FRERARDTOBER 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora