17: Entre Miedos y Deseos

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Había sido una semana larga, si Frank pudiera describir como se había sentido diría que frustrado, Gerard y él habían sido invitados al Baby Shower de su amigo Ray, el pelinegro se había mostrado muy contento y juntos habían ido a comprar el regal...

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Había sido una semana larga, si Frank pudiera describir como se había sentido diría que frustrado, Gerard y él habían sido invitados al Baby Shower de su amigo Ray, el pelinegro se había mostrado muy contento y juntos habían ido a comprar el regalo para ese bebé que venía en camino.

El día de la fiesta llegó, desde muy temprano Gerard había llegado al departamento de Frank para estar listos y salir juntos de ahí directo al evento.

—Gee...

—¿Sí? —mencionó el omega mientras terminaba de colocar sus pendientes a juego con su vestido amarillo.

—Te ves precioso, ¿te lo había dicho? —dijo el castaño mientras arropaba la cintura de su omega entre sus brazos y recargaba su mentol sobre el hombro pálido.

El contrario soltó una pequeña risa mientras sus mejillas se coloreaban de un color carmín

—¡Frankie, eres un cursi! —Se sonrieron cómplices y se dedicaron unos cuantos besos.

Un par de horas más tarde se encontraban en la fiesta del próximo integrante de la familia Toro, habían participado en algunas temáticas y Gerard estaba fascinado con todo lo que veía, sus amigos contentos, niños corriendo de un lado mientras jugaban y reían, pero lo que más le encantaba ver, era la pancita pronunciada de su amiga Christa.

Miró a su pareja y decidió preguntar.

—Frankie, ¿te imaginas una vida así?

Él lo miró de manera confusa.

—¿A qué te refieres corazón? —preguntó mientras tomaba su bebida.

—Pues así, una casa con muchas risas, niños. O a nosotros preparando una fiesta como esta. ¿No crees que sería lindo? —Con una sonrisa en su rostro miró a su pareja, éste solo le sonrió y bebió un poco más de su vaso.

El alfa sintió que ese líquido resbalaba con pesadez sobre su garganta, no tenía palabras para contestar aquello que su pareja le decía, ahora entendía porque el omega se había mostrado tan contento mientras veía ropa de bebé. Por el contrario, el pelinegro al ver la reacción de su pareja decidió voltear a otro lado, las manos le temblaban, un nudo se formaba en su garganta y los ojos le amenazaban con brotar pequeñas lágrimas que seguramente arruinarían el maquillaje en el cual se esforzó tanto. decidió levantarse y dirigirse hacia donde estaba la familia Toro, tal vez le haría bien conversar un poco. El alfa observó sus movimientos y al ver que iba directo a sus amigos decidió ir detrás.

—¡Gerard! Me alegro mucho que hayan venido, de verdad, es muy agradable para nosotros que ustedes estén acompañándonos en momentos como este.

—Gracias a ustedes por invitarnos, todo estuvo muy lindo, y una vez más, ¡Muchas felicidades futuros padres! —La pareja sonrió ampliamente mientras se abrazaban.

FRERARDTOBER 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora