Estaba básicamente corriendo con sus manuscritos en las manos, la noche había caído hacía mucho y el terror en Yokomizo crecía, su corazón estaba por salirse del pecho mientras su perseguidor no se detenía.
Tenía miedo que su trabajo sería destruido, estaba por llegar cuando algo o más bien alguien sujetó con fuerza su pierna antes de tirarlo al suelo, las hojas con su trabajo cayeron por todos lados mientras un profundo dolor se extendía en Yokomizo.
— ¡Ayuda! — grito antes de sentir como su atacante lo tomaba por la parte de arriba de su traje, para una época tan moderna la forma de vestir anticuada de Yokomizo saltaba a la vista, también el hecho que aún escribía a mano,— ¡Deja de actuar infantil, es hora de dormir, ya es la una de la mañana! — regaño una voz antes de tomar el brazo de Yokomizo y llevarlo como si fuera un niño pequeño,— Mushitarou — se quejó.Nunca pensó que cuando su editor le regaló uno de estos modernos robots de servicio sería más parecido a una niñera que un mayordomo, aunque considerando la forma en que se metía de lleno al hacer sus historias olvidando comer, dormir, bueno cualquier otra cosa que no fuera su nuevo misterio.
Mushitarou era uno de los muchos robots cuya directiva era el cuido y bienestar de los humanos claro bajo ciertas restricciones, en el caso de Yokomizo su editor era el único con control sobre cuáles cosas podría hacer el robot, la única específica es mantener en la medida de los posible a Yokomizo es decir que no se perdiera en sus misterios, basado en esos hacía comer a Yokomizo tres veces al día, bañarse al menos tres días a la semana, que durmiera al menos 8 horas además de algún tipo de ejercicio que durará 30 minutos.
Eso era un desastre para Yokomizo, pero debía admitir que su salud era mejor que la de la mayoría de escritores que conocía, junto a eso estaba el hecho Mushitarou revisaba además de analizar su sangre todos los días en busca de cualquier posible enfermedad o cambio en el estado de Yokomizo, hasta ahora su salud era excelente, aún cuando siempre se quejaba por esos cuidados ya que le quitaban su tiempo de escritura de manera extraña también entraba más rápido sus libros.
***
Estaba preparándose para dormir con Mushitarou arreglando su cama, también revisando su centro de carga, tenía que ponerse en ese sitio cada noche para a la mañana siguiente tener la energía de ayudar en todo a Yokomizo, quien aún con sus quejas jamás lo desconectaba aunque fuera para tener un día tranquilo, eso le parecía raro a Mushitarou que como muchos robots tenía la capacidad de crear un pensamiento o juicio sobre sus usuarios más que nada para poder ayudar mejor a sus usuarios, por desgracia el juicio actual de Mushitarou sobre Yokomizo era sobre un tipo demasiado extraño para su propio bien y como mínimo un idiota, un idiota muy listo para el misterio con cero habilidad para sobrevivir por su mismo, quizás en la mente de Mushitarou, Yokomizo era más cercano a un niño pequeño, lo cual no era una buena opinión.
Ese día con la discusión que fue meter a bañar a Yokomizo no le sorprendería que lo apagará a la fuerza.
— ¿Seré desconectado? Me gustaría que por favor hiciera un apagado manual para no dañar mi centro de carga y no tener problemas más tarde — pidió Mushitarou a lo que Yokomizo negó,— Jamás haría eso, sería como matarte — aseguro Yokomizo antes de recostarse en el futón que tenía,— ¿Enserio Crees eso? Soy una máquina, no tengo canales o sistemas nerviosos que me permitan sentir algún tipo de dolor, además siempre puedo ser reiniciado y reparado en la fábrica — aseguró Mushitarou a lo que Yokomizo le lanzo una almohada,— El hecho que tengas pensamientos te hace humano para mí, y no voy a cambiar mi forma de pensar, no importa que sea un pensamiento anticuado — se quejó Yokomizo, hacía mucho se abandonó la idea de los robots como humanos o seres con sentimientos, en muchos casos algunos usaban a los robots para cumplir fantasías de cualquier tipo sin el problema problema, algunos acomodaban al robot para que esté demostrará dolor a pesar de no sentirlo, ya hacía mucho se olvidó el debate moral sobre la humanidad de los robots
— Es ridículo ese razonamiento — comentó Mushitarou a lo que Yokomizo levantó los hombros,— Para tener una buena vida es necesario apegarse a los principios y este es el mío. Ahora a dormir porque mañana me levantaras temprano para hacer ejercicios raros — se quejó Yokomizo,— Eres un hombre extraño —.
— Soy un hombre con principios, lo cual no se ve mucho en estos días —.Esto se siente mas como un prólogo de algo, aún así lo disfrute hacer.
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Bungoutober
FanfictionMi participación en los 31 días del Bungoutober, espero que les guste, tendremos shipps, historias sobre desarrollo de personajes, de terror, comedias y más cosas. Ni los personajes, ni las imágenes son mías.