Libros

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La imaginación de Atsushi siempre tuvo un carácter ilimitado, los libros que leí llenaban esa creatividad, lo mantenían despierto y lleno des esperanzas, de sueños y sentimientos que en otra situación hubiera muerto, él se mantenía fuerte con eso, con sus historias y sueños de que fuera de las puerta del orfanato había una mejor vida.

Ahora frente a ese hombre quien tenía el control de alto que iba más allá de la compresión de Atsushi, la pérdida de sus amigos o cualquier cosa que le hiciera sentir algo más allá de una soledad y miedo profundos, un sentimiento casi animal crecía dentro suyo, la huida era la emoción principal, pero el miedo ya no lo deja hacer nada.

El pánico crecía, entonces dijo algo, no recuerda que dijo solo que estaba asustando, diría cualquier cosa con solo sentir que tendría una mayor posibilidad para sobrevivir, por desgracia eso pareció molestar a su agresor quien descargó aún más violencia contra Atsushi.

Entonces su cerebro se desconecto, era algo que había desarrollado en el orfanato, su mente se desprendía de la realidad, buscaba cualquier cosa a la que aferrarse que no fuera el dolor, su conciencia buscaba entre los libros que alguna vez leyó una historia o un pequeño cuento que le diera algún alivio.

Terminó por la historia de una Princesa guerrera que atrapada por el enemigo sería obligada a ser concubina del rey del país enemigo, el miedo seguía en ella quien no sabía si moriría en pie luchando por lo que cree o se rendiría para vivir un día más y planear la venganza, en ese momento un caballero en brillante armadura la salvaba.

Ya no recuerda el resto de la historia, solo que de un momento a otro el dolor paró, una persona estaba parada frente suyo, con una espada y un escudo se mantenía firme enfrentado al demonio que tenía enfrente.

Atsushi pensó que era una alucinación, algo creado por su mente para reconfortar a su alma, esto aumentó cuando vio al hombre que sacrificó su vida, Akutagawa estaba ahí, parado.

Era como una fantasía, alguna clase de sueño, Pero sabía que era real, aquella persona que perdió y que le recordó que hacía mucho tiempo no estaba solo, como ya las fantasías de los libros a los cuales se aferró en busca de esperanza ya no eran necesarios, el podía buscar ayuda en personas, no en letras.

Entonces él preguntó una cosa que destruyó el corazón de Atsushi.

— ¿Quién diablos eres? — en ese momento fue como un espejo rompiéndose en pedazos, lo que alguna vez fue Akutagawa se había perdido para siempre, quien fuera o lo que fuera que estuviera frente a él no era Akutagawa, porque él jamás lo olvidaría y aún así igual que con las historias de los libros que solía leer de niño se aferró a qué ese hombre era Akutagawa y aún cuando al final toda la evidencia le dijera que no, seguiría creyendo que es Akutagawa.

Al final los libros fueron su compañía para evitar sentirse solo y saber que siempre se puede.

Akutagawa se volvió lo mismo, aún cuando no se llevarán bien y fuera incomprensible su relación, su presencia se volvía tranquilizadora y Atsushi se aferraria a él, fuera o no el hombre que alguna vez conoció.

Me estoy muriendo de sueño así que perdón si existen errores.

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