Bungoutober

Universo alternativo

Atsushi caminaba por los pasillos de su castillo casi corriendo luchando contra las puertas buscando una que pudiera abrir, pero todas fallaron, el lugar se caía a pedazos, los gritos de ayuda y el fuego enemigo le hacían tener miedo.

“ ¿Cómo pasó esto? ” se preguntó con miedo, luchando por seguir adelante, cuando sus piernas le suplicaba que parará, lo es que estuviera cansado, sino que su cuerpo y mente intentaban convencer a su corazón de rendirse, morir por fuego enemigo era su deber, porque él no era el príncipe real, frente al pueblo lo era igual que para los enemigos, Pero el verdadero príncipe estaba oculto, siendo educado y cuidado en sitio lejano, él, un simple huérfano recibió lo mismo que un príncipe a cambio cuando los enemigos llegarán el debería morir, así el príncipe verdadero sobreviviría, tomaría su lugar en el trono y cientos de intentos de asesinato habrían fallado, las cicatrices adornando el cuerpo de Atsushi eran muestras de ello, también de los castigos por intentar escapar, no quería morir, queria vivir, tener una vida normal, solo deseaba más tiempo, no quería esto.

Al final llegó a un pasillo donde los cadáveres de los enemigos se encontraban, en medio de todo estaba el caballero negro, el mayor soldado de la nación, su trabajo para el público mantener vivo al “principe” Atsushi, la verdad, solo era el encargado de mantenerlo en el castillo y llegado el día matarlo de ser necesario, no era su culpa, ese era su trabajo, al igual que Atsushi era un huérfano tomado oornla corona, debía sobrevivir y siendo el mejor, eso lo volvió el caballeto negro, su ropa tan oscura de la sangre de sus enemigos, pero como tal jamás fue cruel con Atsushi, la verdad mas allá de ser un poco tosco con él nunca fue innecesariamente cruel, el fue quien lo convenció de seguir con su deber, que aquellas cargas que tenemos deben seguir con nosostros y como huir no era la mejor alternativa.

Atsushi al verlo supo su final, quizás en otra vida hubiera tenido más tiempo y decir todas las cosas en su corazón, pero ya no tenía sentido, solo se arrodilló,— Supongo que es todo — se dijo antes de cerrar los ojos, sentía como su pecho iba a explotar, pero solo sintió como Akutagawa lo tomaba del brazo obligándolo a pararse del suelo, lo miró un segundo, su respiración se agitaba, aún sin poder ver su rostro por el casco puesto, muestra de su devoción al reino y que perdía su identidad para vivir por sus reyes, aún con eso, sabía que estaba asustado, hasta confundido,— ¿Akutagawa qué pasa? — preguntó Atsushi preocupado por el joven que soltó un quejido mientras apretaba su brazo,— Akutagawa… me estás lastimando — soltó no esperando una respuesta, este hombre debía matarlo para asegurar la llegada del verdadero rey,— Yo… Carajo… ¡¿Por qué sigues aquí?! — preguntó molestó Akutagawa,— No quiero morir Akutagawa… Se que dije que aceptaría mi destino, pero no puedo, tengo miedo… Quiero vivir… — explicó Atsushi sabiendo que era egoísta,— Cállate — ordenó Akutagawa,— Quiero hacer tantas cosas Akutagawa —.

— Cállate… —.

— Quiero una familia… Una casa… Una vida normal, con un trabajo normal —.

— ¡Cállate! —.

— Yo… Quiero estar con la persona que amo… Por esa persona quiero vivir — rogó Atsushi sabiendo que no había una razón para que él se hiciera esos sueños idiotas,— ¡QUÉ TE CALLES! — grito Akutagawa antes de tomar de los hombros a Atsushi,— Perdóname… — pidió Atsushi,— Se que soy egoísta… Por favor cumple con tu tarea, no huiré más — aseguró Atsushi, a lo que Akutagawa gruñó,— ¿Por qué? ¿Por qué tú entre todos…? ¿Por qué…?— preguntó confundiendo a Atsushi,— ¿Pasa algo? ¿Puedo ayudar en algo? — seguía siendo el chico más amable del mundo al ofrecer su ayuda a su verdugo,— No puedo… Maldita sea no puedo…— soltó antes de quitarse el casco y mostrarle su rostro por primera vez a Atsushi o alguien en general desde que obtuvo su puesto como caballero negro,— Aku… — intentó preguntarle algo antes de sentir como el caballero se lo llevaba lejos de aquí,— Te sacaré de aquí, todo estará bien, solo sígueme — ordenó a lo que Atsushi asintió.