0.12

39 9 0
                                    

Es viernes y como cada fin de semana, hacen pijamada en alguna de las casas de sus amigos. Han comido pizza que han pedido en la casa de Kai. Han estado viendo películas de terror y jugando juegos de mesa. YeonJun ha tenido los fines de semana más emocionantes de su vida.

—Mi papá dijo, que podríamos ir Laland o podemos ir a Japón, el parque temático de Mario—TaeHyun les mientras en la tablet los lugares mencionados.

—Sería genial ir a Japón como viaje de graduación de YeonJun—SooBin habla, mientras toma su refresco en lata.

—No me recuerdes eso, que lo vamos a extrañar en las horas de descanso—JungWon confiesa con un puchero en labios.

—Pero siempre podremos vernos algún finde o en vacaciones.

—SooBin tiene razón, podremos seguir frecuentándonos, igual no vivimos lejos—BemGyu les sonríe y los demás también se contagian. YeonJun se alegra mucho, porque también lo están incluyendo a él en ese futuro.

Esa madrugada, como las veces anteriores, SooBin y YeonJun duermen juntos. El más alto, velando los sueños de amigo, que como cada noche que comparten juntos, las pesadillas siempre vuelven, y él está ahí para calmarlas.

.

.

.

YeonJun está saliendo junto a SooBin y BeomGyu, van a esperar en la entrada a los demás, han quedado irse juntos. La madre de SooBin pasaría para recoger sus mochilas y puedan ir mejor, sin cargar sus cosas. Es viernes de nuevo, y esta vez tendrán noche de retos de tiktok. Un auto se estaciona frente a la puerta principal.

—Ven es mi madre—SooBin toma de la mano al más bajo, caminando hasta donde la mujer los espera con una amplia sonrisa.

—¡Hola chicos! —Los saluda, para después recibir un beso en la mejilla de su hijo, besar esta también.

Se gira a YeonJun y como siempre lo atrae en un abrazo, que con gusto recibe el chico, envuelto entre los brazos de aquella mujer, que le ha dejado conocer que es el calor de una madre.

—¡YEONJUN! —Aquel grito paraliza al nombrado y puede ver a esa mujer caminar hasta ellos, no sabe qué pensar, pero sus ojos están rojos.

Los otros dos mirando a sus espaldas, y pueden ver a una mujer acercarse rápido hasta ellos. La mujer pasa de ellos dos, jalando del brazo a YeonJun, quien se queda paralizado.

—Mi hijo, todas estas semanas no te he visto, me preocupé al no verte, estaba tan asustada—La mujer luce preocupada ante la vista de los otros dos, pero YeonJun sabe que miente. El agarre en ambos de sus brazos es doloroso.

—Mucho gusto, es un placer poder conocer la Sra. Choi—La madre se SooBin hace eco en la cabeza de YeonJun. Los ojos de su madre claramente demuestran que está enojada.

YeonJun puede ver que no está para hablar, pero aun así, mientras se limpia sus lágrimas falsas, por una preocupación falsa, en cara a la sonriente madre de SooBin.

—Mucho gusto Sra. Choi —Una sonrisa fingida. YeonJun traga en seco, su madre se muestra como cuando la mercancía no llega a su destino. Nadie lo puede notar, o al menos eso siente YeonJun—. Perdone mi comportamiento, pero he tenido días muy estresantes y no ver a mi pequeño, me asusto demasiado.

Palabras conmovedoras; llenas de mentiras.

—No se preocupe, es entendible. Creó que me pasaría lo mismo si viviera tan terribles semanas como las de usted.

Ambas mujeres ríen, todo ante la atenta mirada de dos jóvenes. SooBin mira a YeonJun y lo puede notar tenso, incluso podía jurar que tembló cuando vio a su madre, se ha mantenido callado y distante.

—Espero y me perdonen, me llevaré a mi hijo. Su padre ha dicho que quiere llevarnos a comer.

—¡Oh! —Exclama la madre de SooBin—. Entiendo, bueno, será hasta el siguiente fin de semana que se vean.

YeonJun tiembla, no quiere irse con ella, no sabe si es verdad que su padre está en su casa. Es muy temprano para eso, incluso para aquella mujer que luce agradable ante los demás. Quiere abrir la boca, y suplicar que lo deje ir con ellos, pero no puede. La voz de su padre siempre está en su cabeza.

Si tu madre dice que vas con ella, te vas.

Si tu madre dice mentiras es para protegernos.

Tu madre solo hace lo mejor, para que nadie meta las narices en nuestros asuntos.

YeonJun es jalado por su madre, mientras él entra en una especie de trance, su cuerpo tiembla del miedo, la mano enredada en su muñeca, quema, y los recuerdos de aquel día azotan en su cabeza, como una película. Las lágrimas se alojan en los bordes de sus ojos. No puede no obedecer, no puede no hacerlo, el miedo es más grande a su deseo de volver, con personas que lo tratan bien.

SooBin a lo lejos, lo ve con un mal sabor de boca, cuando al despedirse pudo apreciar sus ojos reteniendo lágrimas. 

The choi family  |SooJun|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora