Parte 4- ¿Qué?

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A la mañana siguiente, Shinji se despertó con el suave resplandor del sol colándose por las cortinas. Se estiró y, por un momento, sintió un extraño alivio al recordar dónde estaba y con quién. Kaworu seguía durmiendo a su lado, su expresión relajada y tranquila, como siempre. Shinji lo observó en silencio, dejando que sus pensamientos volvieran a fluir sin prisa. Había algo reconfortante en ver a Kaworu dormir, como si el mundo pudiera detenerse por un instante y todo fuera perfecto.

Pero esa perfección se sentía frágil, como si estuviera constantemente al borde de romperse.

Aún con esos pensamientos en mente, Shinji decidió levantarse lentamente, intentando no despertar a Kaworu. Se deslizó fuera de la cama y caminó hacia la ventana. El día parecía tranquilo, pero una sensación de inquietud permanecía en el fondo de su mente. Mientras miraba por la ventana, los pensamientos de su padre, de los EVA, de las batallas, comenzaron a invadir su mente nuevamente. Era inevitable. No podía escapar de esa parte de su vida, y no podía evitar preguntarse si merecía la paz que Kaworu le ofrecía.

—¿Por qué no puedes dejar de pensar en esas cosas? —murmuró para sí mismo.

Mientras sus pensamientos seguían su curso, escuchó el suave susurro de las sábanas detrás de él. Kaworu se estaba despertando. Shinji giró la cabeza y vio cómo Kaworu se sentaba lentamente en la cama, parpadeando somnoliento.

—Buenos días —dijo Kaworu, con su habitual calidez en la voz.

Shinji forzó una sonrisa.

—Buenos días.

Kaworu lo miró, sus ojos grises estudiando cada pequeña expresión en el rostro de Shinji. Sabía que algo estaba mal. Lo sabía desde hace días, aunque Shinji intentaba disimularlo. Había una tensión en el aire, una que parecía imposible de ignorar, pero Kaworu no quería presionarlo.

—¿Estás bien? —preguntó Kaworu suavemente.

Shinji se encogió de hombros, inseguro de cómo responder.

—No lo sé. A veces siento que... todo esto es demasiado bueno para ser verdad. No sé cómo lidiar con eso.

Kaworu asintió, como si comprendiera perfectamente.

—No tienes que lidiar con todo solo, Shinji. Estoy aquí para ti. Pero entiendo que a veces es difícil aceptar las cosas buenas cuando has pasado por tanto dolor.

Shinji desvió la mirada, incómodo con la sinceridad de las palabras de Kaworu. Era cierto que tenía miedo de aceptar lo que estaba sucediendo. Por más que deseara sentirse bien, parte de él seguía atrapada en la idea de que no merecía ser feliz, que siempre había algo esperando para arrebatarle ese breve momento de paz.

—Lo sé, pero... no puedo evitarlo —admitió finalmente, con la voz temblorosa.

Kaworu se levantó y caminó hacia él, colocándose a su lado frente a la ventana. Le puso una mano en el hombro, una acción que siempre parecía calmar a Shinji de alguna manera.

—A veces, lo único que podemos hacer es seguir adelante, un día a la vez. No tienes que tener todas las respuestas ahora mismo.

Shinji asintió, pero su mente seguía nublada de incertidumbre. Y esa incertidumbre comenzó a pesar aún más cuando pensó en lo que vendría más adelante, en las batallas, en lo que significaba ser un piloto de EVA. Sabía que Kaworu también era parte de ese mundo, pero la manera en que Kaworu enfrentaba las cosas siempre parecía tan... diferente.

No era solo su forma de hablar o su actitud relajada. Había algo en Kaworu que lo diferenciaba de todos los demás. Shinji había empezado a sospechar, en lo profundo de su mente, que Kaworu no era como los demás, pero se negaba a pensar mucho en ello. Era más fácil pretender que todo estaba bien.

Pero las dudas continuaban creciendo.

Los días siguientes fueron tranquilos, pero esa paz se sentía tensa, como si ambos estuvieran evitando hablar de algo importante. Cada vez que Shinji intentaba relajarse y disfrutar del tiempo con Kaworu, había algo en el fondo de su mente que lo detenía. Y Kaworu, aunque paciente, parecía estar esperando algo.



Diferente - KawoShin AU--COMPLETA!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora