Diferente - KawoShin AU--COMPLETA!?

Parte 13- Vulnerable

(estos chicos o.o)

Esa tarde, el cielo se tornó de un gris plomizo, como si las nubes mismas quisieran reflejar el estado de ánimo de Shinji. La presión de los días anteriores había comenzado a volverse insoportable, y aunque Kaworu estaba a su lado, Shinji sentía que su mundo seguía desmoronándose.

Ambos se encontraban en la habitación de Kaworu, donde el ambiente era íntimo, iluminado por la luz tenue que se filtraba a través de la ventana. Se sentaron juntos en el sofá, con Shinji recargado contra el hombro de Kaworu. El silencio era denso, pero en lugar de sentirse incómodo, era un silencio lleno de promesas no dichas y conexiones emergentes.

—¿Qué piensas, Shinji? —preguntó Kaworu, su voz suave como la brisa de la tarde.

Shinji suspiró, buscando las palabras que parecían escapar de su mente. Sabía que había algo en su interior que lo estaba atormentando, un sentimiento que se acumulaba y que estaba a punto de estallar. La idea de Asuka aún pesaba en su corazón, pero había otra cosa. Algo más profundo, más oscuro, que se agitaba bajo la superficie.

—No lo sé... —respondió, su voz vacilante—. Hay tantas cosas en mi cabeza. A veces, siento que estoy a punto de perder el control. Todo lo que ha pasado, todo lo que pudo haber pasado... no sé si puedo soportarlo.

Kaworu se inclinó hacia él, su mirada intensa y penetrante.

—Entiendo. La carga de los sentimientos puede ser abrumadora. Pero recuerda que no estás solo, Shinji. Siempre estoy aquí para ti.

La forma en que lo miraba hacía que el corazón de Shinji latiera más rápido, como si cada palabra de Kaworu fuera una promesa. Pero había algo más que estaba a punto de confesar, algo que podía cambiar todo entre ellos.

—Kaworu, hay algo que necesito decirte... —comenzó Shinji, sintiendo un nudo en el estómago.

—¿Qué es? —preguntó Kaworu, acercándose aún más, como si supiera que algo importante estaba a punto de ser revelado.

Shinji miró hacia abajo, luchando con las palabras. Sus manos temblaban ligeramente mientras las apretaba en su regazo.

—Desde que llegaste, he sentido cosas que nunca había sentido antes. Pero, al mismo tiempo, me asusta. Me asusta la idea de que esto se acabe, de que te alejes de mí como todos los demás.

Kaworu lo observó en silencio, su expresión se suavizó, y cuando Shinji alzó la mirada, vio una mezcla de comprensión y determinación en sus ojos.

—No tengo intención de irme, Shinji —dijo Kaworu, su voz era firme, casi como un juramento—. Nací para conocerte. Desde el momento en que te vi, supe que había algo especial en ti, algo que resonaba en lo más profundo de mi ser.

El corazón de Shinji se detuvo por un instante. No podía creer lo que escuchaba. Era como si Kaworu hubiera tocado una parte de su alma que había estado dormida.

—¿Naciste para conocerme? —repitió, atónito.

Kaworu asintió, acercándose aún más, de modo que sus frentes casi se tocaban.

—Así es. Hay una conexión entre nosotros que no puedo explicar, pero lo siento. Eres importante para mí, Shinji, más de lo que puedo poner en palabras.

Shinji sintió una oleada de emociones, una mezcla de alegría y miedo. La confesión de Kaworu lo había golpeado con una fuerza que lo dejó sin aliento. Pero también había algo más. Una necesidad profunda de dar un paso más en su relación, un deseo que había estado latente desde el primer momento en que se conocieron.

Sin pensarlo, se acercó y lo besó, un beso lleno de ansias y anhelos, un beso que surgía de un lugar oscuro y vulnerable dentro de él. Kaworu se sorprendió al principio, pero rápidamente correspondió, envolviendo a Shinji en sus brazos mientras el mundo exterior se desvanecía.