Parte 12- Consuelo

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La habitación estaba envuelta en un silencio casi tangible. La luz tenue que entraba por la ventana proyectaba sombras sobre el rostro de Shinji, que permanecía recostado junto a Kaworu, ambos sumidos en pensamientos que no se atrevían a expresar. El peso de lo no dicho colgaba entre ellos, cargando el aire de una tensión difícil de describir, como si cada movimiento o palabra pudiera romper el frágil equilibrio que mantenían.

Shinji, con la cabeza aún apoyada en el pecho de Kaworu, sentía los latidos de su corazón, tranquilos y constantes, un contraste absoluto con el caos que latía dentro de él. Su mente era un torbellino de emociones confusas: el miedo a la pérdida, la ansiedad por el futuro, y una creciente necesidad de acercarse más a Kaworu, de una manera más profunda e íntima, como si al hacerlo pudiera anclar algo dentro de sí mismo que siempre había sentido roto.

—Kaworu... —susurró Shinji, su voz apenas audible en la penumbra—. No quiero que esto termine... No quiero perder lo poco que tengo.

El silencio que siguió fue pesado, pero no incómodo. Kaworu, con su característica serenidad, llevó una mano al cabello de Shinji, acariciándolo suavemente.

—No estoy aquí para hacerte daño —respondió Kaworu, su voz cálida pero con un matiz de algo más profundo, como si dentro de esa calma hubiera una tristeza que no quería revelar por completo—. Pero hay cosas que no puedo cambiar, Shinji.

Shinji cerró los ojos, apretándolos con fuerza. No quería pensar en el futuro, en la incertidumbre. Solo quería sentirse conectado, sentir que lo que había entre ellos era algo más que un momento efímero.

Kaworu lo observaba, con una expresión que combinaba curiosidad y ternura. A lo largo del tiempo que había pasado con Shinji, había aprendido a interpretar cada uno de sus gestos, cada una de sus expresiones. Sabía que había algo que Shinji no se atrevía a decir, algo que estaba justo al borde de sus palabras, pero que no terminaba de salir.

Finalmente, Shinji se movió, sentándose lentamente en el borde de la cama, con la mirada perdida en el suelo.

—Siento que... no soy suficiente —dijo en un murmullo, con un nudo en la garganta—. Siempre siento que no soy suficiente para nadie. No para mi padre, no para Misato, no para Asuka... y mucho menos para ti.

Kaworu lo miró en silencio, dándole el espacio que necesitaba para hablar. Sabía que, a pesar de la cercanía física, Shinji tenía un mundo interior al que él aún no había podido acceder del todo.

—Shinji, tú eres suficiente —dijo Kaworu con una calma que parecía envolverlo—. Siempre lo has sido. Lo que sientes... esa inseguridad, esa duda... son cosas que te han hecho creer, pero no son verdad.

Shinji lo miró entonces, con los ojos llenos de una mezcla de esperanza y desesperación. A pesar de todo lo que había vivido, a pesar de la frialdad de su padre, del caos de los Ángeles, del vacío emocional en el que parecía vivir la mayoría del tiempo, quería creer en las palabras de Kaworu. Quería sentir que, por una vez, era suficiente para alguien.

—Pero no lo siento así... —susurró, las lágrimas empezando a acumularse en sus ojos—. Y tengo miedo de que incluso tú... me dejes.

Kaworu se inclinó hacia él, levantando su mano suavemente para limpiar una de las lágrimas que comenzaban a deslizarse por la mejilla de Shinji.

—No voy a dejarte —dijo Kaworu, su tono ahora más firme, más íntimo—. No ahora. No mientras sigamos compartiendo este momento.

Shinji bajó la mirada, luchando contra la necesidad de cerrar ese abismo que sentía entre él y Kaworu. Sabía que estaba siendo impulsivo, pero había algo en la calidez de la presencia de Kaworu, en la suavidad de su toque, que lo hacía querer más, que lo hacía desear una conexión que iba más allá de las palabras.

Diferente - KawoShin AU--COMPLETA!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora