Lazos de amistad | SEUNGIN

16 ⟩ Propiedad.

Lunes, 11 a. m.

Seungmin se encontraba en la universidad, sentado en la cafetería. Estaba esperando a su mejor amigo, que aún estaba terminando de comprar una cosa en la tienda.

Su cabeza dolía un poco, pero no quería faltar ni un día, ya que se perdería las notas y no tenía ganas de eso ahora.

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—Hola, Seungmin.

Al alzar la mirada, notó que se trataba de Hwang Hyunjin, un conocido de Changbin.

—Hey, ¿qué tal?

—Bien, bien, la verdad. ¿Puedo sentarme aquí un momento?

Seungmin le dió una mirada rápida al rededor, viendo que aún no había rastro de Jeongin, por lo que terminó asintiendo con la cabeza.

El mayor le mostró una sonrisa y se sentó.

—¿Cómo has estado?

—Muy bien, gracias.

—¿Feliz?— inquirió el alfa.

El pelinegro asintió con la cabeza nuevamente, pero mostrando una sonrisa inocente.

—¿Quién es tu pareja predestinada?— preguntó.

Seungmin se asombró al escuchar esto, ya que había sido muy directo.

—Huh... ¿Por qué?

—Nada, sólo curiosidad. ¿Te incomoda la pregunta?

—No... No es eso, je.— forzó una sonrisa aún más grande, mostrando sus dientes. Se veía tierno intentando eso.

—¿Entonces?

—Nada, no pensé que te interesara.

—Bueno, no a mí, específicamente— afirmó.

Seungmin se le quedó viendo unos segundos en silencio, entendiendo de qué se trataba.

—Comprendo, es por Changbin.

—Sí— habló Hyunjin nuevamente— Sabes que ha estado detrás de tí por mucho tiempo, y no me sorprende, eres muy lindo— opinó, inclinándose hacia él.

—Oh— soltó sin querer, alzando ambas cejas.

No sabía qué pasaba ese día, pero se sentía inmensamente cortejado por cualquier alfa que se le cruzara. Tal vez sus feromonas se estaban esparciendo de más debido a su condición de pre-celo, pero no estaba seguro.

—Gracias, Hyunjin.

El mencionado mostró una sonrisa bastante atractiva. Era de los alfas más cotizados de dicha universidad, por lo que no quería meterse mucho allí y causar problemas.

—Changbin tiene buenos gustos, pero creo que tú has sido de los mejores.— pasó una de sus manos al otro lado, apoyándola en el hombro ajeno.

Seungmin terminó acercándose de más al alfa a su lado, ya que hizo fuerza sobre él.

—¡Gracias, otra vez!— dijo, un poco alterado. Intentó enderezarse de nuevo.— Mmh, ¿tú no recibiste tu carta?

—Sí, pero no la quiero abrir. No me interesa saberlo.

—Mmh, ya veo.

—Bueno, ahora aprovecho para preguntarle, ¿quién es tu pareja predestinada? ¿Soy yo?— se mostró juguetón.

El omega fingió una carcajada.

—No, claro que no.

—¿Y quién es?

—Uh... No sé si quiera decirte...

—Seungmin... ¿Ya te han mencionado lo bien que hueles?— inquirió, bajando la mirada hacia el contrario.

Acercó su nariz hacia el cuello ajeno, olfateándolo sin siquiera disimular.

El menor, nervioso, intentó alejarse, pero a la misma vez que lo hacía, Hyunjin alcanzaba a acercarse más y más.

—No- No.

Seungmin cerró los ojos con fuerza, ya rindiéndose.

Lo siguiente que sintió, fue como la mano de dicho alfa se alejaba bruscamente de él.

En cuanto abrió los ojos, se encontró con que Hyunjin estaba tirado en el suelo, al parecer, lo habían empujado con tal fuerza que lo hizo caerse.

—¿Puedes quitártele de encima?— soltó el pelirrojo, mirando fijamente al alfa en el suelo.

Seungmin alzó la mirada, viendo que se trataba de Jeongin, quien sostenía un vaso de jugo con una de sus manos.

—¿Qué te pasa, idiota?— le cuestionó Hyunjin, sentándose sobre el suelo.

—No me hagas derramarte esto encima. Sé lo que ví. Ahora, levántate y lárgate.

Después de decir esto, Jeongin se acercó a la mesa en la que estaba su amigo y colocó el vaso sobre ella.

Hyunjin, aunque estaba visiblemente molesto, se colocó de pie y se fue de allí. No parecía querer meterse en una pelea en ese momento.
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—¿Estás bien?— inquirió el alfa, sentándose a un lado de él— Aquí está tu jugo, perdón por tardarme.

Seungmin parecía estar en shock, nunca lo había visto actuar de tal manera.

—En... En realidad no estaba haciéndome nada. No tenías que hacer eso, Yang.

—Te escuché decir "no", es suficiente— respondió— Tómate el jugo, me lo pediste hace rato.

Trás eso, Jeongin sacó su teléfono y se entretuvo en él, sin querer alzar la cabeza de nuevo.

El omega lo miró extrañado, pero no le quedó de otra que terminar su comida.

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