Lazos de amistad | SEUNGIN

11 ⟩ Acuerdo.

Nadie podía creer aquello, y es que no era planeado ni una broma. Esa era su carta, ese era su destino.

Ninguno quería decir nada, por lo que el ambiente se había tornado incómodo para todos.

Decidieron dejarlos solos para que discutieran el tema, con la excusa de que ayudarían a preparar el almuerzo. Eso sólo hizo que entre ellos hubiera más silencio.

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Habían pasado 5 minutos exactos sin que los amigos intercambiaran palabras, hasta que el mayor tomó la iniciativa.
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—Min... No importa.— aunque le estaba hablando, no le miraba a los ojos, ya que probablemente Seungmin tampoco lo haría.

—¿A qué te refieres?

—Seguiremos como siempre— afirmó— Somos mejores amigos, es imposible que esto sea verdad...

—Es verdad. Eres mi pareja predestinada, Jeongin.

Cuando dijo esto, Jeongin se giró para verlo. Aunque estaba completamente serio, aquella noticia era difícil de digerir.

—No nos amamos.

—¿Eh?

—No nos amamos— repitió el alfa— Nos queremos, somos como hermanos. No podemos obligarnos a tratarnos diferente.

—Yo te amo... Como amigo, lo sabes bien.

—Pues, y yo.— mostró una pequeña sonrisa, intentando reconfortarle— Estaremos como si nada, no te preocupes por eso.

—Pero... ¿Y entonces? ¿Me quedaré soltero toda la vida?

Jeongin negó con la cabeza.

—No somos los únicos a los que les ha ocurrido esto, supongo. Encontrarás a alguien que te merezca, sin una estúpida carta que lo decida.

Seungmin alzó la mirada y le mostró una sonrisa a su amigo.

—Tienes razón, esto es una estupidez. Una carta no debe tener potestad sobre mí.

—Mmhm.

—¿Me das un abrazo?— pidió el menor, ahora girando en dirección del otro— A ver, no esperábamos esto... Pero no hay que hacerlo incómodo.

—Ya, claro.

El alfa se acercó a su mejor amigo, mirándolo a los ojos un segundo antes de rodearlo con sus brazos y apretarlo suavemente. Sintió como las manos ajenas subían un poco por su espalda y sujetaba suavemente la parte trasera de su camiseta.

Podía sentir la respiración del omega sobre su hombro, suave y en un patrón lento. A pesar de todo, se sentía un contacto tranquilo.

Inconscientemente, Seungmin dejó caer sus párpados, tal vez se había relajado de más, pero que Jeongin lo sujetara así hacía que se sintiera calmado.

—¿Qué quieres hacer hoy?— susurró Jeongin con un tono que casi nunca usaba. Era dulce y sereno.

—No lo sé... Almorzaremos y ya.

—No quiero que te enfades conmigo— volvió a hablar el pelirrojo— No es mi culpa haber arruinado este día.

Seungmin frunció un poco el ceño, pero esto no fue visible para el contrario.

—No arruinaste nada, tú no elegiste esto. No digas tonterías.

—De acuerdo.

Lentamente, Jeongin se apartó del chico. Tenía una expresión neutra, aunque parecía querer aparecer una sonrisa en sus labios.

—Te quiero.

—Sí, sabes que yo igual— respondió el pelinegro— ¿Sabes? Podrías quedarte hoy en la noche, y... Vemos una peli o algo.

—Mmh, me parece bien.

—Mis padres no estarán en casa— añadió— Podemos aprovechar para hacer lo que queramos sin que nos regañen.

Jeongin soltó una risita.

—Pero, con todo esto de hoy... ¿Sí me dejarán estar a solas contigo? Entendería que desconfiaran.

—Shh, shh— expresó con un dedo arriba, contra sus labios— Eres mi mejor amigo, y ellos deben saber que nada malo pasaría entre los dos.

—Bien, tienes razón.

Seungmin se apartó y le mostró una sonrisa gentil.

—Vamos a hacer algo más en lo que termina de estar el almuerzo.

—Como digas, Min.

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