09 ⟩ Tarde.

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Jeongin salió con su mejor amigo desde las once de la mañana, y planearon volver a casa después de las seis. Tendrían que dormir bien esa noche, para estar bien descansados al día siguiente.

Tomaron un helado antes de ir al sitio donde alquilaban skateboards. A Seungmin le gustaba mucho montar en esos, aunque no sabía bien cómo hacerlo.

Jeongin decidió solo alquilar uno, así iría a un lado del omega, así sea tomándolo de la mano para que no se fuera a caer.

El alfa se distrajo sólo un momento para ir a botar una basura que traía en una mano hace unos minutos, y cuando volvió la mirada, estaba su amigo sentado en el suelo.

Caminó rápidamente hacia él, ahora notando que el skateboard estaba al revés y Seungmin no tenía una expresión precisamente feliz.

—¿Caíste?— se le acercó, buscando una respuesta del omega, que no llegó al momento.

Bajó un poco la mirada, notando un raspón en la rodilla del pelinegro. No se veía algo muy grave, pero se alcanzaba a ver una herida abierta que sangraba un poco.

—Está bien... Soy muy torpe.

—Mierda, Min— susurró, agachándose a un lado de él.

De nuevo, ese sentimiento de protegerlo salió a la luz. No razonaba, lo único que estaba en su mente era evitar que Seungmin estuviera mal.

—¿Te duele? Por Dios, más cuidado.

—No te preocupes, estoy bien.

Jeongin no parecía estar haciéndole mucho caso, ya que su atención estaba puesta en su rodilla. Apenas sintió el tacto de su amigo, soltó un leve quejido.

—Déjame ir por agua-

—Yang, cálmate— le dijo, extrañado. Jeongin siempre fue un amigo protector, pero ahora se estaba preocupando demasiado.

—Claro que no, estás sangrando. Intenta ponerte de pie.

Seungmin le hizo caso, e hizo un esfuerzo para pararse. Le dolía, sí, pero aún podía caminar.

—Bien... Creo que ya no me subiré más a eso por hoy— bromeó, cojeando un poco.

Aunque él rió, cuando vió a su amigo notó que a él no le hacía gracia. Se veía serio.

—¿Estás bien, Yang?

—Mmh... Sí, sí.— estiró su mano en la dirección del pelinegro, indicando que quería sujetar la suya.

Seungmin lo notó, y rápidamente, tomó su mano. Le mostró una pequeña sonrisa, tal vez así, Jeongin no estaría tan alterado por él.

Pasó un rato, y ya eran las dos de la tarde. Jeongin y Seungmin fueron a almorzar a un sitio de comida italiana que les quedaba cerca del parte central de la ciudad.

La comida favorita de Seungmin era la lasaña, por lo que claro que ordenó una. En cuanto a Jeongin, él pidió unos spaghettis a la boloñesa.

Era un momento muy especial para ambos, ya que disfrutaban demasiado la compañía del otro. Realmente se complementaban, casi como cuando eran más jóvenes.

—¿Alguna vez te has preguntado quién podría ser tu pareja predestinada? Quiero decir, ya hemos hablado de esto antes, pero ahora que está tan cerca...— preguntó Seungmin.

—He pensado en eso, pero no tengo una respuesta clara. No quiero tener expectativas demasiado altas, ¿y tú?— le cuestionó Jeongin, mostrándole atención— ¿Esperas a alguien en específico?

—No lo sé, me gustaría que fuera alguien que me entienda, que siempre quiera estar conmigo... Alguien que sea como mi otro yo, así como tú.— su voz se muestra suave, casi tímida, mientras baja la mirada.

—Yo también quiero a alguien así. Alguien que me aguante, ya sabes.

—No eres tan insoportable... No tanto como yo.

Seungmin rió, pero esperando con ansias la reacción de su amigo. Lo más seguro era que no quería que estuviera de acuerdo, pero Jeongin asintió.

—No eres molesto, pero es cierto que hay que saber tratarte.

—¡Pero aún así, eres mi amigo!— decía Seungmin, rodando los ojos, aunque no se veía disgustado— Si sigues conmigo, es porque algo bueno tengo.

—Sí... Eres encantador— le comentó el alfa— No te preocupes, le gustarás.

—¿Mmh?— iba a preguntar, pero pronto entendió a lo que Jeongin se refería, y se sintió aliviado—... Eso espero.

—Sí, bien. Termina de comer rápido, alcanzamos a hacer algo más antes de ir a casa.

—¡Bien!

Lazos de amistad | SEUNGINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora