Lazos de amistad | SEUNGIN

14 ⟩ Atención.

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—No tenías que decir nada de eso, Yang. Fue incómodo.

El alfa se encogió de hombros, siguiendo al omega, quien se estaba dirigiendo a la sala para sentarse en el sofá.

—Sé que tienes demasiada empatía como para rechazar a alguien, por lo que quería ayudarte.

—¡Hey! Ni siquiera sabes si él me gusta.

—Por lo que me has dicho, no, no te gusta— reiteró el mayor, sentándose a un lado del omega— Tienes que aprender a ser firme, ahora ese chico te vió rojo como tomate y seguro piensa que te trae loco.

—Ay, por Dios.— rodó los ojos— Sabes que siempre me sonrojo, ¡no puedo evitarlo!— dijo, más bien frustrado— ¿Ahora dirás que es mi culpa y que no te gusta que me sonroje?

—No es eso, es... Es lindo, ¿bien?, pero puede hacer que piense cosas que no son.

El pelinegro mostró una sonrisa tímida al escuchar lo primero, pero intentó disimularla.

—Ya... No es culpa de Bin estar enamorado de mí, no merece que lo trate mal.

—Rechazar no es lo mismo a tratar mal— declaró el alfa, mirándole con unos ojos intensos. Sabía cómo hacerlo sentir regañado— Que se vaya con su pareja predestinada, y ya está.

—No es tan fácil...

—Lo es— afirmó nuevamente.

—¡Ush! Tú le dijiste que yo estaba conforme con mi pareja predestinada. ¡O sea, le mentiste y lo hiciste sentir mal!

El mayor rodó los ojos y puso su mirada en otro lugar, como si aquello lo fuera a salvar de aquella acusación.

—Jeongin, mi pareja predestinada es mi mejor amigo de toda la vida. ¡¿Cómo voy a estar conforme?!

—Está bien, puedes dejar de gritar— musitó el alfa, volviendo su mirada a él— El mío igual, y no por eso me estoy quejando. La vida es así, eh.

—Ajá, claro. Que fácil.

—Nunca dije que fuera fácil.

—Pero lo das a entender, y sabes bien que eso no es así.

—Bien, Seungmin, está bien. Dejemos de hablar de eso— propuso, recostándose bien en el sillón— Una pregunta, ¿por qué ese tipo no sabe nada de tí?

Seungmin frunció un poco el ceño al no saber a qué se refería.

—¿Ahora de qué hablas?

—Los chocolates. Dijo que eran tus favoritos.

—Oh— soltó, mirando la caja que tenía en su mano— Me gustan, los he probado un par de veces. Están buenos.

—Te gusta más el chocolate blanco.

El omega se dirigió a él con una sonrisa.

—¡Da igual! ¿Acaso sabes cuál es mi chocolate favorito, específicamente?

—Pepero, cookies and cream.

—Oh— dejó salir de su boca, realmente impresionado— Bien, eres bueno, pero no sé si eso cuenta como chocolate.

—Claro que sí, además, no sueles comer chocolate. Sólo sé que si te dieran a escoger entre chocolate negro o blanco, escogerías el blanco sin duda.

—¡Bien, bien. Tú ganas!

—Como siempre— murmuró el alfa, dándole una mirada orgullosa.

Seungmin rodó los ojos, ahora recostándose igualmente a un lado del pelirrojo. Intentó acercarse un poco más para colocarse cómodo.

—¿Cómo te sientes?— inquirió el mayor en un tono más calmado.

—Un poco mal, pero se me pasará pronto— respondió en el mismo tono— Puedo ir a la universidad.

—¿Irás en celo?— le cuestionó.

—Obvio no, aún tarda en llegar. Unas semanas, máximo.

—Mmh, claro. Luego no te quejes, eh.

—Ya, ya, papá.

Jeongin soltó una pequeña risa, y luego movió su cabeza de forma suave de lado a lado.

—Pero tengo razón, mejor cuídate.

—Iré, no te preocupes...

Ambos se quedaron en silencio, lo único que se oía eran los ruidos bajos de la calle, y una que otra vez el canto lejano de los pájaros.

Jeongin estaba a punto de cerrar los ojos. Estaba un poco cansado ya que se había acostado un poco tarde, así que una siesta no le vendría mal... Pero de la nada, sintió un pequeño roce en su mano.

Al dirigir su mirada al lugar, vió que era sólo Seungmin, intentando tomarla.

La alzó de nuevo para ver a Seungmin, quien estaba cabizbajo, aún sin decir nada.

Pudo sentir como terminaba de acomodar su palma contra la suya, y más bien automáticamente, se tomaban con sus dedos entrelazados.

Ninguno habló después de eso, sólo dejaron pasar los minutos.

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