Lazos de amistad | SEUNGIN

08 ⟩ Prioridad.

A pesar de que el ambiente se tornó extraño después de aquello, sólo bastó que la madre del omega los llamara a desayunar para que lo olvidaran.

Comieron a gusto, y luego, se sentaron en la sala. Los padres del pelinegro se encontraban en la habitación, por lo que ellos podían charlar tranquilamente de cualquier cosa.

El primer tema que surgió fue la carta, ya que el gran día se encontraba a tan sólo horas. Seungmin estaba muy emocionado, aunque el otro no, sabía que aquello era tal vez el acontecimiento más importante de su vida.

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—¿Es en serio, Min? No te pongas a llorar por eso.

—Es que... Ahora que lo pienso bien, es algo muy relevante... ¡Que emoción!— exclamó, limpiando las pocas lágrimas que habían salido de sus ojos hace pocos segundos.

Desde siempre Seungmin es extremadamente sentimental, aunque fuera por algo bueno.

—Sí... Pues siéntete feliz, y deja de llorar, me confundes.

—¿Te confundo?— inquirió el omega, girándose a ver a su amigo con una sonrisa.

—Sí, no sé cómo explicarlo, pero te veo con los ojos rojos y no me gusta para nada.

—Soy así, creo que el cincuenta porciento del tiempo estoy llorando por cualquier cosa.

—Y yo el cincuenta porciento del tiempo estoy sufriendo por verte llorar por cualquier cosa— renegó, mostrando desaprobación en su rostro.

—Bien, ¡ya no lloraré!— exclamó, sentándose a un lado del alfa— Hagamos algo, abriremos la carta al mismo tiempo.

—Min, llevamos planeando eso desde hace dos años.

—Oh... Es cierto.— mostró una sonrisa con dientes, para luego girar a ver hacia otro lado— Será muy lindo, Yang. Gracias por estar a mi lado.

—Ya, ya, no es nada.

Jeongin se volteó un poco en dirección de su mejor amigo, notando sus mejillas un poco húmedas. Alzó ambas manos e intentó secarlas con sus dedos.

—Espero que seas muy feliz, Min.

—¿Acaso tú no recibirás la tuya? Seremos muy felices, no puedo esperar para hacer citas dobles contigo.

—Sí, sí. Intentemos llevarnos bien.

—¡Que emoción!— repitió una vez más, acercándose al otro para abrazarlo con poca fuerza. Jeongin alzó su mano y le dió unas palmadas en el brazo.

—Sí, ya mañana... ¿Y si salimos?— propuso el mayor— Podemos comer helado, alquilar unos skateboards, almorzar pasta. Nuestras cosas favoritas.

—¡Buena idea! Sólo tengo que pedir un poco de dinero a mis padres, ya que estoy ahorrando y no quiero gastar...— habló, intentando colocarse de pie.

Jeongin lo detuvo, haciéndolo sentarse nuevamente.

—No te preocupes, yo invito.

—Aw, no es necesario.

—Claro que lo es, tómatelo como un regalo más— insistió el pelirrojo, mostrándole una sonrisa.

—Como quieras, entonces. Muchas gracias.

Rápidamente, Seungmin se acercó al rostro ajeno. En un reflejo, Jeongin giró la cara hacia otro lado, recibiendo un beso en la mejilla.

Se mostró desconcertado, pero Seungmin no le dijo nada sobre eso, sino que se colocó de pie de un salto y comenzó a correr hacia su habitación.

Lo conocía perfectamente, por lo que ya sabía que iba a cambiarse de ropa para irse.

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