Este fin de semana, Jennifer está planeando una fiesta. Sus padres no estarán, y solo estará ella junto a su hermano mayor que ha venido de visita. Aunque intento concentrarme plenamente en mi amiga y en la celebración que organiza, no consigo apartar de mi mente del mensaje que había recibido.
No paro de pensar en Katherine desde que leí su mensaje. "Sé que ya investigaste. Y en verdad creí que entenderías y me ayudarías a terminar de una vez por todas con Logan... Att. -K." . El contenido de este mensaje me inquieta profundamente. No sé absolutamente nada de ella, a pesar de todos mis esfuerzos por investigar. Parece como si Katherine se desvaneciera en un misterio insondable, sus huellas se ocultan en las sombras.
Cada intento de hallar una pista que revele más sobre su identidad termina en un vacío impenetrable. Este incesante enigma consume mis pensamientos y no puedo evitar preguntarme quién es ella realmente. Me obsesiona cada fragmento de información y, sin embargo, parece que cuanto más busco, más lejos estoy de encontrar respuestas.
La fiesta de Jennifer debería ser un momento de alegría y diversión, pero mi mente se empecina en sumirse en los laberintos de este misterio sin resolver. No sé cómo conciliar mis responsabilidades hacia mis amigos con esta perturbación interna que me causa la figura de Katherine.
Espero que, eventualmente, pueda dejar atrás este enigma y disfrutar de la vida con la ligereza que esta merece. Pero hasta ese día, la sombra de Katherine persiste, y me esfuerzo por desentrañar su historia.
Los días transcurrían de manera habitual, pero en mi ser sentía como si Logan se alejase de mí poco a poco; sus visitas nocturnas ya no eran tan frecuentes como solían ser. Agobiado por la situación, decidí enfrentarle. Cuando entró al baño, lo seguí, cerrando la puerta tras de mí.
—No entiendo, ¿Qué hice mal? —, pregunté con voz quebrada, luchando contra las lágrimas que quisieron brotar.
—Sam, este no es ni el lugar ni el momento—, respondió, su tono era cruel y desprovisto de sentimiento.
— ¿Entonces cuándo será el momento? —, grité, irritado, mientras bloqueaba su camino.
—Apártate, podrían escucharnos—, mencionó Logan, empujándome de manera imperiosa.
—Ya veo, ¿es esta la siguiente fase? ¿Después viene el asesinato? —, pregunté, en un desvarío de emociones que luchaban por salir.
— ¿Qué demonios estás diciendo? —, inquirió Logan, con un furor inusitado mientras me apartaba violentamente, dejándome en el baño, solo y con el eco de mi desespero retumbando en las paredes.
Ahí, solo en aquel baño, sentí cómo las lágrimas brotaban sin cesar. La sensación de soledad era abrumadora, casi tangible, mientras las palabras de Katherine resonaban incansablemente en mi mente. Logan había logrado su cometido, había alcanzado su objetivo de tal manera que mi vida ya no tenía sentido sin él.
Sin darme cuenta, me hallaba frente al espejo, observando mi reflejo con una mezcla de incredulidad y desesperación. El espejo, sucio y manchado, devolvía una imagen de mí mismo que apenas reconocía. La furia, contenida durante tanto tiempo, finalmente encontró su escape. Un grito desgarrador emergió de lo más profundo de mí ser, seguido por un puñetazo que lanzó mi mano hacia el espejo, rompiéndolo en mil pedazos.
El dolor físico llegó instantáneamente, pero apenas lo sentí. En un acto de imprudencia y desesperación, la sangre comenzó a brotar de mi mano herida, como si fuera un reflejo de mi agonía interna. El líquido rojo no tardó en cubrir el lavabo, contrarrestando la pureza del blanco inmaculado del baño.
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Diario de un Adolescente
Short StoryLa novela narra la cautivadora historia de Sam Miller, un joven de 17 años que se enfrenta al desafío de vivir solo en casa debido a los constantes viajes de sus padres. Durante su último año de preparatoria, Sam conoce a un hombre que cambiará su v...