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Changbin tenía razón, Christian no sólo era bueno, era angelical. Pero su voz no era como la que Jungkook se había imaginado para sus canciones. Y sin embargo, fue perfecto. Absolutamente, cien por cien, lo opuesto a su sonido, terciopelo contra diamantes, luz contra oscuridad.

De alguna manera, convirtió lo que era un dolor aplastante y un corazón palpitante en algo inquietamente aterrador. Incluso sus letras pasaron de bien a mejor que bien en la lengua de ese chico.

—Te lo dije —dijo Changbin cuando se sentó al lado de Jungkook en el bar.

Christian seguía en el escenario con Felix, que estaba retocando algunos de los riffs para que fueran mejor con el coro—. Él es bueno.

—Sí, sí, es muy bueno.

—¿Alguna vez te dijo para quién cantaba?

—No. —Y a Jungkook no le importaba.

—Break Dawn.

Jungkook obligó a su cabeza a girar.

—Me estás tomando el pelo.

—No lo estoy.

—¿Por qué demonios está aquí? —Alguien con ese tipo de credenciales no se metía en el barro después de vivir en el castillo.

—Él y el cantante no se llevaban bien. Eso es todo lo que sé con certeza.

—¿Llevarse bien? ¿A quién carajo le importa si se llevan bien, si estás ganando esa cantidad de dinero?

—Parece que ese podría haber sido uno de los problemas. A Lee, el cantante principal, no le gustaba compartir el centro de atención.

Christian le ayudó a trabajar en un par de canciones a medio pulir y el tipo no le dio ningún crédito. Descubrió que él tampoco fue el primero.

—¿Qué quieres decir?

—Los primeros seis álbumes que la banda produjo fueron escritos por otra persona. Lee se emborrachó una noche y se jactó de haber vuelto al apartamento del tipo y haberle robado algunas canciones más. Nadie pensó en quién escribió la letra hasta que las canciones se secaron y Lee intentó escribirlas él mismo. Las tres primeras ni siquiera pasaron el corte.

Entonces, Christian le ayudó a ajustar lo que tenía. Lo consiguió hacer lo suficientemente bueno para los productores, pero el álbum todavía no fue bueno. Nadie quiso escuchar lo nuevo que llevaron en sus shows, cabreó a Lee a lo grande. Culpó a Christian por la mala música, y Christian cometió el error de decirle a su jefe que tal vez debería encontrar al tipo que los puso en el mapa, pagarle un pico decente, darle crédito y rogarle que escribiera material nuevo para ellos.

—¿Qué dijo Lee?

—Nada. Le dio a Christian un puñetazo en la cara, y Christian le rompió el brazo.

Una manera segura de poner a un guitarrista fuera de servicio por un tiempo.

—Fue una fractura. —Christian se acercó caminando. Su cabello estaba en una trenza hoy, y colgaba sobre su hombro casi hasta la cintura—.

Taemin es sólo un marica.

—¿Taemin? —dijo Jungkook.

—Lee es su nombre artístico. El verdadero nombre es Taemin, lo cambiaron legalmente después que se hicieron famosos.

—No me extraña que estés en las trincheras. —Jungkook se recostó sobre sus codos—. Quiero decir, no puede haber un camino más rápido al suicidio profesional que golpear al cantante de una banda mundialmente famosa en la cara, y fracturar su brazo.

LEGENDARIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora