CAPÍTULO 8: GULFIE

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Me sorprendió cuando Rebel me dijo que me habían invitado a los premios Gay Porn Awards en la ciudad de Nueva York. No formé parte de la escena nominada, pero Rebel dijo que yo era parte del equipo de Ballsy y querían que estuviera allí para compartir la emoción.

Me tomó más de una semana empacar. Había demasiadas variables para limitar mis opciones de atuendo, y esperar que todo quepa en una bolsa revisada es simplemente cruel. Traté de convencer a los otros chicos de que dejaran un poco de espacio en sus maletas para mis productos para el cuidado del cabello, pero no lo aceptaron. Grandes malvados.

Es solo la segunda vez que estoy en un avión, la primera fue cuando volé a Los Ángeles. Me muevo con entusiasmo en mi asiento, inclinándome un poco hacia adelante para asegurarme de poder echar un vistazo alrededor del gran cuerpo de Tank para ver por la ventana una vez que estemos en el aire.

–¿Quieres el asiento junto a la ventana?– Tank ofrece y niego con la cabeza rápidamente.

–No, da demasiado miedo, me gusta mirar hacia afuera, pero también tengo la oportunidad de no mirar, si eso tiene sentido–. Explico, y Tank se ríe.

–Todo lo mejor, ya que prefiero no chocarme con Mew durante todo el vuelo–.

Respiro profundamente. ¿Cómo no sabía que Mew estaría en el asiento del otro lado? Efectivamente, una vez que Rebel y los otros chicos están sentados unas pocas filas frente a nosotros, Mew sigue pasando junto a ellos y se coloca en el asiento del pasillo a mi lado. En el espacio confinado, nuestros brazos se rozan y el calor me recorre. No importa cuánto he intentado superarlo, todavía no puedo dejar de pensar en Mew como algo más que mi jefe. El calor y el frío entre nosotros no ayuda. En todo caso, creo que me mantiene aún más interesado. ¿Quizás si tuviéramos la oportunidad de follar podría sacarlo de mi sistema?

Miro a Mew por el rabillo del ojo y encuentro una sonrisa tranquila y relajada en sus labios. Mi corazón late más rápido y mi estómago se calienta. Dios, lo deseo tanto.

Un suspiro se escapa de mis labios, y Mew vuelve la cabeza para mirarme con preocupación.

–¿Estás bien? ¿Eres un viajero nervioso?

La preocupación en sus ojos hace que mi polla comience a endurecerse. Me muevo en mi asiento y asiento con la cabeza en respuesta a su pregunta.

–Sí, ¿estás bien, o sí, eres un viajero nervioso?–

–Estoy bien–, digo, aunque estoy medio tentado de fingir que me aterroriza volar solo para ver si se ofrece a tomar mi mano.

Una vez que el avión comienza a moverse, considero cambiar mi respuesta porque olvidé que tengo un poco de miedo a volar. Cierro los ojos y agarro los reposabrazos mientras el avión despega, me viene a la mente la estadística de que es más probable que los aviones se estrellen durante el despegue o el aterrizaje. Gracias, cerebro.

Siento un toque cálido en mi brazo y abro los ojos para ver la mano de Mew descansando allí, ofreciendo comodidad. El simple toque hace que mi corazón lata más rápido. En los meses que he conocido a Mew, puedo decir que es del tipo que siempre cuida a la gente, especialmente a sus empleados. ¿Eso es todo esto?

–Gracias–, le digo en voz baja, poniendo una mano sobre la suya antes de cerrar los ojos de nuevo y concentrarme en pensar en no chocar.

La mano de Mew permanece en la mía, cálida y reconfortante, durante casi una hora hasta que mis dedos comienzan a tener calambres de agarrarlo con tanta fuerza y tengo que estirarlos. Me da una pequeña sonrisa cuando libero mi mano de la suya, y tan pronto como rompemos el contacto, lo lamento. Con su típica rutina de frío y calor conmigo, la oportunidad de tocarlo parece algo fugaz que dudo que recupere pronto. ¿Puedo fingir estar asustado de nuevo antes de que termine el vuelo, o será demasiado transparente?

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