[17] Arenas Mágicas

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Jeongsna era un bebé totalmente consentido, desde el momento en que estaba en el vientre de su madre, había sido amado con todo el corazón. Ahora que ya estaba en el mundo, ese amor solo había crecido, y si había alguien que no podía resistirse a mimarlo más que nadie, ese era Jungkook.

Jungkook, con su naturaleza cariñosa y juguetona, disfrutaba cada segundo que pasaba con su hijo. Era el tipo de padre que siempre encontraba una forma de hacerlo reír, y ver a Jeongsna balbucear o soltar una carcajada era suficiente para iluminar su día por completo.

— ¿Quién es mi pequeña bolita de amor? —preguntó con un tono meloso, alzando a Jeongsna en el aire, lo que provocó un estallido de risas en el bebé— ¡Sí, eres tú! —lo acercó a su rostro y, con su nariz, comenzó a hacerle cosquillas en la mejilla, arrancándole más carcajadas— ¡Mi niño adorado!

Desde el marco de la puerta, TN los observaba con una sonrisa en el rostro. Amaba ver cómo Jungkook aprovechaba cada momento libre para estar con su hijo y ayudarla en lo que fuera necesario. No había duda alguna: había encontrado al hombre perfecto.

—Se va a hacer pipí de tanto reír—dijo TN con una risita suave, llamando la atención de los dos hombres más importantes de su vida.

—No te preocupes, si pasa, yo lo cambio—respondió Jungkook, dándole un beso rápido en la mejilla a Jeongsna, quien seguía riendo—. ¿Verdad que sí, Jeongsnie?—y lo volvió a sacudir en el aire, provocando más risas—. Ya sabes que este pequeñín necesita agotar toda su energía para comer bien después.

TN negó con la cabeza, divertida. Sabía que era cierto. Su hijo podía ser tan terco como su padre cuando se trataba de jugar.

—Está bien, pero… ¿qué tal si juegan a algo un poquito menos agitado?—sugirió, con una sonrisa traviesa—. Pueden probar con la arena mágica. Me dijeron que es genial para la motricidad fina.

—¿Arena mágica?—repitió Jungkook, levantando una ceja, intrigado.

—Sí, ayuda a que desarrolle la motricidad mientras se divierte, y es totalmente segura—dijo TN, ya dirigiéndose a buscar el paquete de colores brillantes que tenían guardado—. No es tóxica, pero… intenta que no se la meta en la boca.

Jungkook asintió, medio serio. Papá en modo protector activado.

TN puso los tarros de colores frente a Jeongsna, que miraba con los ojitos brillantes y curiosos lo que su mamá hacía. Los colores llamaban su atención de inmediato, y no tardó en estirar sus manitos, ansioso por tocar aquella novedad. Pero Jungkook lo sujetó suavemente entre sus brazos para que no se abalanzara todavía.

—Ya, campeón, espera un poquito—rió Jungkook, dándole un beso en la cabecita.

—Muy bien, ustedes dos—dijo TN, con un suspiro divertido—. Me voy al supermercado a comprar lo que falta para la cena de esta noche. Vendrá la familia, así que necesito algunas cosas.

—¿No prefieres que te acompañemos? —sugirió Jungkook, aunque sabía la respuesta—. Podemos dejar esto para otro momento.

—No te preocupes—dijo ella, sonriendo y acercándose para darle un suave beso en los labios—. No es mucho, además, sabes que Jeongsna odia el supermercado. Prefiero que esté tranquilo en casa contigo. Gracias de todos modos, cielo.

Daddy's Sweet Gift | JJK ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora