[15] Visitas familiares

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El pequeño Jeongsna había comenzado a gatear, y para la pareja, esto había transformado la casa en un campo de batalla. Cerrar puertas, tapar ductos de electricidad y bloquear las escaleras se habían vuelto tareas diarias y agotadoras. Todo era para mantener seguro a su bolita de amor, que ahora se desplazaba por toda la casa como un mini explorador incansable, ya fuera en su caminador o gateando a una velocidad sorprendente.

—Es una cosita preciosa —soltó Jimin con una sonrisa dulce, mientras observaba a su hija y a Jeongsna sentaditos en la alfombra, hipnotizados por un dibujo animado que se proyectaba en la televisión.

—Por supuesto que lo es, es mío después de todo —respondió TN con un tono de burla que hizo que Jimin soltara una risa baja. —Aunque, si soy honesta, sacó la energía de Jungkook —suspiró, dejando caer los hombros como si todo el agotamiento de las últimas semanas se concentrara en ese gesto. —Agradezco cada vez que viene Yeji. Creo que es la única persona que puede domar a la bestia por unos minutos.

—Mi bebita adora a su primito. Siempre que le digo que venimos a verlo, se pone como loca —comentó, sonriendo con orgullo mientras lanzaba una rápida mirada hacia los niños, que ahora estaban en un trance absoluto con los colores brillantes de la pantalla. —Es bueno que se tengan el uno al otro.

TN asintió con una sonrisa cómplice. Ambos sabían lo valioso que era para sus hijos crecer juntos, compartiendo juegos y travesuras. Con un suspiro conjunto, se dirigieron a la cocina para preparar una merienda para los pequeños. Jimin comenzó a sacar algunos ingredientes mientras TN preparaba la tetera, y pronto el murmullo de la conversación llenó el ambiente.

—A veces creo que Jungkook se divierte más que el bebé con todos los juguetes —confesó TN con una risa suave mientras recordaba la escena de la mañana, cuando había encontrado a su esposo en el suelo, construyendo una torre de bloques más alta que la propia Jeongsna. —Dice que lo hace por el bebé, pero me parece que lo disfruta más él.

—Te entiendo, créeme —respondió Jimin, sacudiendo la cabeza. —Anoche, cuando pensé que Yoongi estaba leyendo un cuento a nuestra hija, entré al cuarto y los encontré a ambos, pero él estaba más emocionado por la historia que ella. Le estaba dando voces a los personajes y todo.

—¡Jungkook hace lo mismo! —dijo TN entre risas, casi derramando el té en el proceso. —Dios, se comportan como si los cuentos fueran épicas de guerra.

—Exactamente. Y no importa cuán cansados estén, siempre encuentran la energía para esas cosas —comentó Jimin mientras organizaba algunos bocadillos en la mesa. —Aunque, debo decir que es adorable ver cómo se involucran tanto con los niños. A veces me da un poco de envidia, porque mi paciencia no llega tan lejos.

—No me hagas hablar de eso —TN rodó los ojos con una sonrisa. —Ayer, mientras intentaba darle un baño rápido a Jeongsna, Jungkook decidió que era el momento perfecto para enseñarle a nadar… en la bañera. Casi tenemos un tsunami en el baño. Pero claro, según él, es todo parte de ser un buen padre.

Jimin soltó una carcajada y negó con la cabeza. —Si eso es ser un buen padre, entonces ambos tienen una maestría en caos.

Mientras la conversación fluía entre comentarios cómplices y risas, los niños seguían en la sala, completamente inmersos en su programa. Jimin y TN se asomaron rápidamente para asegurarse de que todo estuviera en orden, y al ver que Jeongsna y Yeji seguían tranquilos, aprovecharon para poner la mesa.

—¿Sabes? A pesar de todo, no cambiaría nada de esto —dijo TN después de un rato, mientras ponía un plato de galletas en la mesa. —Es agotador, sí. Pero cada día con Jeongsna... es simplemente perfecto, incluso cuando termina cubierto de puré o mordiendo los muebles.

—Estoy de acuerdo —respondió Jimin con una sonrisa cálida, asintiendo. —Son esos momentos que hacen que todo el cansancio valga la pena.

Los dos se quedaron un momento en silencio, escuchando las risitas suaves de los niños en la sala, sintiendo el calor del hogar y la tranquilidad que llegaba, aunque fuera por unos minutos. Después de servir la merienda, llevaron los platos a la sala donde sus pequeños esperaban, y los cuatro compartieron ese instante familiar, rodeados de risas y caos adorable.

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Yeji y Jeongsna habían terminado su merienda, pero el silencio era demasiado sospechoso para los adultos. Jimin y TN se miraron desde la cocina, intercambiando una mirada de alerta.

—¿Crees que estén demasiado callados? —preguntó Jimin, levantando una ceja.

—Demasiado... —murmuró TN, secándose las manos con un trapo mientras ambos avanzaban con sigilo hacia la sala.

Cuando llegaron, la escena que encontraron era digna de un cuadro. Jeongsna estaba con su caminador, pero en lugar de caminar, Yeji había decidido que su primito era perfecto para una sesión de "belleza". Había tomado sus cintas de colores y, de alguna manera, había logrado ponerle un lazo en la cabeza. Jeongsna, por su parte, observaba a su prima con total concentración, probablemente sin entender qué estaba pasando, pero disfrutando de la atención.

—¡Listo, primito! ¡Eres el bebé más guapo! —exclamó Yeji con una sonrisa de satisfacción, alzando las manitas como si acabara de completar una obra maestra.

Jeongsna soltó un sonido que estaba entre un balbuceo y una risa, mirando a su prima como si estuviera maravillado por su trabajo.

—Dios, ¿qué tenemos aquí? —Jimin se llevó una mano a la boca, tratando de no estallar en carcajadas al ver el enorme lazo color fucsia en la cabecita de Jeongsna.

—Bueno, creo que tenemos al modelo más tierno de todo el mundo —comentó TN, aguantándose la risa.

Yeji, orgullosa de su hazaña, miró a los adultos y asintió con seriedad. —¡Ahora Jeongsna está listo para ir a la fiesta de cumpleaños de las muñecas! —dijo con determinación, como si aquello fuera lo más lógico del mundo.

—Oh, claro, cómo no —Jimin no pudo contener la risa esta vez y tuvo que apoyarse en la pared. —¿Y qué va a llevar a la fiesta de las muñecas? ¿Su caminador o su biberón?

Yeji se cruzó de brazos, claramente molesta por la falta de seriedad de los adultos. —Primito es muy guapo, y las muñecas van a estar muy contentas. Él siempre lleva sus juguetes para compartir.

TN se acercó a Jeongsna y, sin quitarle el lazo, lo levantó en brazos, dándole un beso en la mejilla. —Bueno, está claro que tenemos a un caballero muy generoso aquí.

Jeongsna balbuceó y tiró de uno de los mechones de TN con una sonrisa de travieso.

—¿Ves? ¡Él también me lo agradece! —dijo Yeji con un orgullo que casi hizo llorar de risa a los adultos.

Finalmente, después de varias fotos de Jeongsna con su "nuevo look", TN le quitó el lazo suavemente, y ambos niños siguieron jugando. Jimin y TN intercambiaron una última mirada cómplice antes de dirigirse al comedor.

—Al menos hoy sobrevivimos —murmuró Jimin entre risas.

—Sobrevivimos, pero mañana será otro día. Con suerte, las muñecas estarán muy ocupadas para invitarnos a más fiestas —bromeó TN.

Los dos soltaron una última carcajada antes de preparar todo para la siguiente ronda de travesuras infantiles, sabiendo que con Yeji y Jeongsna, nunca había un momento aburrido.

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Daddy's Sweet Gift | JJK ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora