Lewis Hamilton.

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Una isla, sola, playa y unas muy, muy merecidas vacaciones, ¿Qué más puedo pedir?, soy una chica muy afortunada.

Mis piernas están dentro del agua, mientras estoy sentada a la orilla de una alberca, disfruto de una bellísima vista.

La vista de la isla es deslumbrante. El agua cristalina refleja el azul del cielo, mientras que palmeras altas se mecen suavemente con la brisa. Al fondo, la playa se extiende como un manto de arena dorada, contrastando con las olas que rompen suavemente en la orilla.

Las colinas verdes de la isla se alzan majestuosas, salpicadas de flores vibrantes que añaden un toque de color al paisaje. En el horizonte, se puede ver un atardecer espectacular, con tonos de naranja y rosa que se funden en el cielo, creando un ambiente mágico. Es un lugar donde el tiempo parece detenerse, invitando a la relajación y la contemplación.

Mientras disfruto de la vista, algo aún mejor miran mis ojos, por Dios, es Lewis Hamilton, esta sin camisa mientras lleva un shorts negro, camina hacia la orilla de la alberca y me mira, sus ojos viajan por mi cuerpo y no puedo evitar sonreír, a ambos nos gusta lo que vemos.

Lewis entra a la alberca, nada un poco, pero no deja de verme, luego de unos minutos, nada hacia mí, pone sus manos a los lados de mis piernas.

— ¿Quién eres? — dice negando. — ¿y por qué no te tengo debajo de mi?

Rio un poco por su comentario, wow, en cualquier otra situación me sentiría super incómoda, pero vamos, es Lewis Hamilton.

— Anya Torres, un placer, señor Hamilton.

— Sabes quien soy — dice con tono arrogante, pero uno que definitivamente es super atractivo.

— Todos sabemos quien eres, y todas — acerco mi rostro al suyo y noto como sus ojos bajan a mis labios. — Y todas fantaseamos con un tal Hamilton.

Noto como su sonrisa crece, roza sus labios con los míos.

— ¿Todas?, Eso te incluye — afirma lo último. — Lástima que no todas puedan tenerme.

Sonrió al escucharlo, ni siquiera me dejó hablar, sus labios ya estaban sobre los míos y la verdad no me quejo, sus labios iban rápido, puedo notar como rápidamente sube la temperatura entre los dos.

Vine a relajarme y ahora, estoy segurísima que me relajaré por completo.

Sus manos acarician mis piernas y sus dedos juegan con mis bragas, noto que sus manos no hacen más que jugar con mis bragas, sin embargo hago que mi cuerpo quede pegado al suyo, mis senos se pegan a su pecho y él rompe el beso.

— ¿Quieres seguir?

Frunzo el ceño ante su pregunta, por favor cariño, ¿quién le diría que no?, pero claro que eso le suma punto a lo perfecto que ya es.

— Cariño, claro que quiero.

Su sonrisa, esa sonrisa arrogante vuelve a aparecer en su rostro, nuestros labios se vuelven a unir, pero esta vez, sus manos sí quitan mis bragas, estamos en público, pero no hay nadie aquí, ¿probablemente nos verán?, es lo más probable, ¿Nos importa?, claro que no.

La emoción del momento, Lewis besando mi cuello mientras mis jadeos se hacen presentes y mi cuerpo pide más que solo besos, claro que las vacaciones están valiendo por completo, sus dedos empiezan a acariciar mi intimidad, quiero soltar un gemido pero lo ahogó en su pecho, cuando sus dedos entran en mi, un gemido se escapa de mis labios, que él bese mi cuello mientras sus dedos me penetran, definitivamente no ayuda a que pueda controlar mis gemidos.

Sus ojos se encuentran con los míos, ya tengo sudor en mi frente, gracias a que la temperatura en mi cuerpo sube cada vez más.

— ¿Lista?

Lo beso como respuesta, él toma mi cintura y hace que entre al agua, ahora el agua me llega a la cintura, sigue sujetándome de ahí, mis manos acarician su cabello, mientras él bajo su Shorts para liberar su polla, nuestros ojos se vuelven a encontrar.

Mis piernas se entrelazan en su cadera justo en el momento que él entra en mi, suelto un gemido, empieza a moverse mientras jadea, su frente se une a la mía y ambos disfrutamos del vaivén de nuestros movimientos.

Nos tomamos nuestro tiempo, Hamilton seguía un ritmo constante mientras yo hacía mi cabeza hacia atrás disfrutando cada uno de sus movimientos. Sus manos en mi cadera, el movimiento del agua gracias a cada embestida y como sus ojos nunca se despegan de mis senos, por Dios, el mayor privilegio en mi vida, nunca pensé poder estar en esta situación y menos con Lewis Hamilton, privilegio, eso es lo que es.

Cuando siento como el orgasmo se empieza a formar en mi Lewis es quien junta nuestros labios, mis gemidos se ahogan en sus labios justo en el momento que el orgasmo me azota.

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Pero señor Hamilton... Atrevido.

Lo amo, es que o sea, han visto a Hamilton ese hombre está bellísimo, me encanta.

Pero bueno, no olviden votar y comentar para saber que les esta gustando.

Ayer les publique dos sobre Max mi bello hombre y uno un poco más tierno sobre Oscar, espero les haya gustado, he estado inspirada entonces estaré publicando mucho, mucho más seguido.

One shot F1|| +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora