Lee Felix es un chico que se siente perdido en sus propios problemas. Tras mudarse a Corea por el trabajo de su madre, se enfrenta a un nuevo entorno, dejando atrás su hogar y añorando su antigua vida. Sin embargo, lo que inicialmente parece ser una...
Las semanas que siguieron a la noche mágica con sus amigos fueron un torbellino de emociones para Felix. A pesar de la calidez que sentía rodeado de sus compañeros, el peso de su TCA seguía ahí, como una sombra constante. Pero, con el apoyo de Hyunjin y la ayuda de sus padres, Felix había dado el primer paso hacia la sanación al decidir buscar ayuda profesional. Fue una decisión difícil, pero cada día que pasaba se daba cuenta de que no podía enfrentar todo solo. Necesitaba la ayuda de alguien más allá de sus amigos, alguien que lo guiara por un camino que aún le resultaba incierto.
Hyunjin no lo dejaba solo en ningún momento importante. Cada vez que Felix tenía una sesión con su terapeuta, Hyunjin estaba ahí para acompañarlo. A veces solo lo esperaba en la sala de espera o, cuando Felix se sentía más vulnerable, Hyunjin lo llevaba a su casa después de cada cita y a veces ahí estaba Jeongin, quien casi siempre estaba fuera de casa y era más fácil encontrarlo en las prácticas de fútbol con Changbin. Con el paso del tiempo, Felix empezó a sentir que, aunque aún había días malos, no estaba enfrentando la tormenta solo.
La atracción entre ellos crecía con cada mirada y gesto, pero, aunque lo sabían, no estaban listos para dar un paso hacia algo más. Felix aún luchaba por sentirse suficiente, y aunque Hyunjin siempre le recordaba lo importante que era, sabía que Felix tenía que trabajar en su propia sanación antes de abrirse completamente al amor.
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Una tarde, Felix regresaba de la casa de Hyunjin después de una sesión particularmente difícil con su terapeuta. Los últimos días habían sido complicados emocionalmente, y aunque estaba empezando a comprender mejor su trastorno, había momentos en los que su mente lo arrastraba de nuevo a los viejos hábitos de autoculpa y baja autoestima. Pero esa tarde, mientras caminaba de regreso al departamento de Christopher, sentía un rayo de esperanza. Sabía que sus amigos lo esperaban, que no estaba solo.
Cuando abrió la puerta del departamento de Chris, no esperaba la escena que vería a continuación. Las llaves cayeron de sus manos al suelo cuando, en la sala, vio a Seungmin sentado a horcajadas sobre el regazo de Christopher, mientras ambos se besaban apasionadamente en el sofá.
El sonido de las llaves al caer hizo que ambos se separaran rápidamente. Seungmin se sonrojó intensamente, su expresión una mezcla de vergüenza y sorpresa, mientras que Chris solo sonrió con una leve incomodidad, pero sin perder la calma. La atmósfera en la habitación se volvió tensa, y Felix no pudo evitar sentir que había interrumpido algo más importante de lo que parecía a simple vista.
—¿Están... saliendo? —preguntó Felix, tratando de romper el silencio incómodo con una sonrisa nerviosa.
Seungmin bajó la mirada, visiblemente avergonzado y a punto de decir algo, pero antes de que pudiera, Chris lo interrumpió.
—Sí —dijo Chris con total naturalidad, aunque Seungmin lo miró con sorpresa.
—No—dijo Seungmin casi al mismo tiempo, mientras se levantaba del regazo de Chris de forma apresurada.
