SUEÑOS REBELDES (Rebelde Way 3Tª)

Capítulo 14: La carta

POV MARIZZA

Besar a Pablo era lo mejor que me había pasado el estos últimos días. Mis sentimientos por él solo se acentuaban cada vez más y más. A veces incluso me sentía desbordada porque nunca había sabido como gestionar bien mis emociones.

La situación que había vivido con Javier hace unas horas me había llevado al límite, dándome cuenta que tenía que empezar cuanto antes con mi plan de sacarlo del colegio y de nuestras vidas para siempre.
Sabía que eso conllevaba que las cosas se pusieran difíciles con Pablo. Lo conocía lo suficientemente como para saber que no iba a estar de acuerdo con mi plan; y eso nos iba a traer más de un problema.

Ojalá Pablo pudiera comprender que estoy dispuesta a hacer cualquier cosa con tal de conseguir mi propósito.

- ¡Ey, Marizza! - me llamó Pablo sacandome de mis pensamientos.

- Perdóname, me quedé pensando.

Pablo me acarició la mejilla cariñosamente.

Sus ojos celestes mostraban lo preocupado que se sentía.

- ¿En la carta?

Me tensé y negué con la cabeza.

- En Javier - admití.

Pablo me miró con incredulidad.

- ¿Perdón?

- Sé que vistes lo que pasó en la entrada del aula - le dije. Aunque mi pensamiento no iba enfocado a ese tema concretamente.

- Claro que lo ví - me contestó serio. - Y pienso matarle en cuanto lo vea. ¿Como se le ocurre ponerte una mano encima?.

Suspiré.

- Vos no vas a hacer nada. - le ordené.

Pablo lanzó una carcajada irónica.

- ¿Lo estás defendiendo?

- ¿Que decís Pablo? - le dije enfadada. - No entendés nada.

- Tenes razón, no entiendo nada. - se pasó las manos por el pelo exasperado. - No entiendo porque le defendés después de lo que te hizo.

- No le estoy defendiendo a él, sino a vos - le expliqué.

- A mi no me tenés que defender de nada Marizza. Yo ya soy bastante mayorcito para saber que es lo que tengo que hacer.

- Pues no lo parece.

Pablo me miró enfadado.

- ¿Enserio?, ¿Vamos a pelear otra vez?

Negué con la cabeza.

- No quiero pelear con vos. - le dije mientras lo cogía del cuello de la camisa para atraerlo hacia mi y darle un breve beso en los labios.

Pablo aprovechó el momento y me cogió por la cintura para pegarme a su cuerpo y profundizar el beso.

Estaba claro que ambos nos habíamos echado de menos estos días.

Pablo me mordió el labio inferior y yo abrí la boca como invitación a que su lengua entrase a encontrarse con la mia.

No pude evitar estremecerme ante el contacto de nuestras lenguas. Besar a Pablo era maravilloso, me hacía sentir cosas que nunca había sentido con nadie.
Lo que más me apetecía era estar con él, en todos los sentidos.

Coloqué una de mis manos en su pecho y la otra la puse al rededor de su cuello y tire levemente de su cabello para tener mejor acceso a su boca y poder besarle con más facilidad.