14.

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𝘋𝘰𝘴 𝘴𝘦𝘮𝘢𝘯𝘢𝘴 𝘥𝘦𝘴𝘱𝘶é𝘴...

–Hey –dijo Jay, cerrando y bloqueando la puerta principal.

Jia levantó la vista del montón de cartas en su regazo y sonrió. 

–Hey –miró con incertidumbre las llaves en la mano de Jay.

–Pedí una llave de repuesto después de que el principito se quedó dormido por tercera vez y no podía molestarse en salir de la cama para abrir la puerta –explicó Jay, poniendo sus llaves en el bolsillo. Jia resopló.

–Eso es más o menos como me dieron una llave de repuesto –miró a Jay con curiosidad– Pero pensé que ya te habías ido y venido hoy. Me pareció que la sesión de entrenamiento fue por la mañana.

Se encogió de hombros, Jay se acercó.–Me pareció que era tu día de descanso.

Jia le lanzó una mirada afilada, pero no hizo comentarios sobre el cambio de tema. 

–Estoy un poco atrasada en el correo de los fans. Tengo que terminar de pasar por estos y facilitar a los no espeluznantes a Jungwon para responder.

Eso le dio a Jay pausa. –¿En realidad lo hace por sí mismo?

Ella sonrió. 

–Lo sé, ¿Verdad? No suena como él, pero supongo que acaricia su ego leer todas las cartas que llegan.

–Hmm – Jay cogió una de las cartas. Echó una ojeada a través de ella y negó con la cabeza. A veces se olvidaba de lo famoso que era Jungwon.

–¿Jay?

Miró hacia arriba y encontró a Jia mordiéndose el labio.

–¿Puedo hacerte una pregunta? –dijo.

–Por supuesto.

Jia vaciló antes de decir lentamente. –Jungwon ha sido extraño últimamente.

Después de un momento, Jay preguntó. –¿Extraño?

–Ha sido... distraído y simplemente extraño. Por ejemplo, yo llegue cuatro minutos tarde ayer y ¡Ni siquiera ha dicho nada! 

–Son tan sólo cuatro minutos, Jia –dijo Jungwon, mirando hacia atrás en la carta– No es el fin del mundo.

–Vamos, ¡Lo conoces! ¡Él está constantemente aburrido y le vuelve loco amenazarme con despedirme por las razones más tontas. Pero esta vez no molestó en absoluto! 

Jay se río. –¿No deberías estar contenta de que no lo hizo?

–P-por supuesto que estoy. Es simplemente extraño. 

–No es que extraño –dijo.

–Pero eso no es todo. Creo que está viendo a alguien.

Poco a poco, Jay levantó la vista de la carta. –¿Viendo a alguien?

Jia asintió. –¿No le has visto el cuello? ¿Los chupones? Solía burlarse cuando veía chupones en alguien y ahora está...

–Jungwon está lo suficientemente en forma para tener relaciones sexuales –dijo Jay, poniendo la carta sobre la mesa– Eso es lo único que me importa –Miró hacía arriba– ¿Está en casa? Necesito hablar con él.

–Lo está –dijo ella, volviendo su atención a la correspondencia de los fans.

Jay subió las escaleras, aliviado de que no tuviera que responder más de sus preguntas.

Él nunca había estado cómodo mintiendo. A él le gustaba Jia y mentirle no le sentaba bien. Por supuesto, técnicamente no había mentido. Jungwon no salía con nadie. Ellos solo tenían sexo. A veces.

𝗘𝗾𝘂𝗶𝘃𝗼𝗰𝗮𝗱𝗼. jaywonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora