18.

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Jungwon miraba por la ventanilla lateral, viendo pasar el paisaje mientras que Jay los llevaba de regreso a Londres.

Desde que habían dejado el centro de entrenamiento, la tensión en el coche no se había desvanecido.

Era una presencia viva, se la podía oír respirar.

El chequeo médico había sido bastante incómodo.

Hyun había notado, obviamente, los chupones en varias partes de su cuerpo –tendría que haber sido ciego para no notarlos- pero no había dicho nada, manteniendo sus preguntas estrictamente profesionales. Aún así, no pudo esconder el ceño fruncido en su cara o las evidentemente severas miradas que le disparó a Jay.

Hyun lo sabía; Jungwon estaba seguro de ello. Normalmente, no le molestaría tanto. Hyun era probablemente la única persona de su ambiente en quien confiaría plenamente para que no lo expusiera: Hyun era gay por sí mismo y era la definición misma de un "tipo agradable", si es que tal cosa existiera.

Luego de que el exámen médico hubiera terminado, Hyun llevó a Jay aparte y le dijo algo en voz baja, enojado.

La mandíbula de Jay se apretó, sus ojos se volvieron tormentosos mientras escuchaba lo que Hyun le estaba diciendo.

Por un largo y tenso momento, no dijo nada. Finalmente, asintió bruscamente y salió de la habitación después de decirle a Jungwon que lo esperaría en el coche.

Cuando Jungwon exigió respuestas de Hyun, el médico simplemente lo miró antes de informarle que mañana podría volver a entrenar con el resto del equipo.

Mañana.

Ese pensamiento seguía jugando en su mente una y otra vez. Mañana.

Jungwon miró a Jay, pero él estaba mirando la carretera. Jungwon volvió a mirar el paisaje. Ya se encontraban en las afueras de Londres.

–Hyun dijo que debería empezar a entrenar con el equipo mañana.

–Sí.

Jungwon empujó su pulgar contra el cristal.

–Entonces eso quiere decir que nosotros básicamente terminamos. 

Contó tres segundos antes de que Jay dijera: –Sí.

–Ah –dijo Jungwon, trazando líneas en zigzag por la ventanilla con el dedo– Ya era hora. La temporada está a punto de terminar. Sólo voy a tener un mes para recuperar mi forma e impresionar al entrenador.

–Al retomar el entrenamiento con el equipo, no te apresures en volver al campo de juego. Tu problema es que no tienes paciencia –Jay soltó un gruñido irritado– Me entregaron el coche recién lavado esta mañana. Para con eso.

Jungwon no se detuvo. 

–Tengo mucha paciencia. Soy el epítome de la paciencia.

–Y yo soy el Papa. Esta es tu tercera lesión en la ingle en medio año. Es obvio que has estado haciendo algo mal. Miré los vídeos de tus sesiones de entrenamiento y me di cuenta de que eres demasiado impaciente y no haces un exhaustivo precalentamiento antes de cada entrenamiento. Es muy importante, Jungwon. Un correcto precalentamiento ayudará a preparar tus músculos para cualquier actividad.

Jungwon dibujó un perro con su dedo. Bueno, al menos se suponía que era un perro. Miró por la ventana. 

–No vamos a mi casa.

–No –dijo Jay– Tengo un DVD en mi casa. Una guía del calentamiento adecuado y una rutina de estiramiento estructurado. Lo verás con atención y seguirás las instrucciones al pie de la letra, cuando empieces a entrenar sin mí –Jay se quedó en silencio por un momento– Pensé que tendríamos una semana más, pero Hyun no estuvo de acuerdo. Por lo que tendrás que aprenderlo del video.

𝗘𝗾𝘂𝗶𝘃𝗼𝗰𝗮𝗱𝗼. jaywonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora