Relación Perfecta[Trilogia Perfectos #2]

3- Seguir Ha Delante

AMARA.

Me despierto en la habitación de Hayes , con el acostado a un lado.Salgo de la cama y me visto en el cuarto de baño. Han pasado ya dos semanas desde lo del club, dos semana que no hablo con mi prima y dos semanas desde que no veo al idiota con el que salí . Cundo salgo Hayes ya esta despierto atándose los zapatos. 

- Hola  Morena. ¿Que tal dormiste ? 

-Bien , eh ¿puedes acercarme a la uni ?, tengo clase.

La mirada que me hecha no me gusta nada . - Si , yo te llevo. 

En el camino hacia la universidad fue entretenido, puesto que Hayes y yo nos estuvimos poniendo dos la día. Una vez llego a la universidad me someto en las clases sobre las magnitudes. 

Las siete magnitudes fundamentales utilizadas en física son: la masa, el tiempo, la longitud, la temperatura, la intensidad luminosa, cantidad de sustancia y la intensidad de corriente. Magnitudes derivadas: son las que derivan de las magnitudes fundamentales.

No es que no me guste el tema, pero prefiero mucho mas el espaciotiempo. Opinión personal. Aguanto las tres ultimas horas que me quedan antes de irme otra vez a casa. O bueno, a la casa de Hayes. Sigue sin darme mucha confianza pero ahora mismo es la mejor opción que tengo. 

Al salir de clase, el bullicio del campus me envuelve. Estudiantes conversan animadamente, algunos revisan notas de última hora. Siento un ligero nerviosismo al pensar en el regreso a la casa de Hayes, pero decido ignorarlo. No puedo permitirme dudar.

Mientras camino hacia la salida, mi mente sigue divagando sobre el espaciotiempo. Me fascina la idea de que el tiempo no es lineal, que se puede curvar y distorsionar. ¿Qué pasaría si pudiera experimentar eso?

De repente, mi teléfono vibra en el bolsillo. Es un mensaje de Hayes: -Te espero en la entrada. No tardo.-Asiento para mí misma, aunque él no pueda verlo. Un instante después, lo veo acercarse, con su característica sonrisa que, a pesar de todo, logra tranquilizarme un poco.

—¿Listo para ir a casa? —pregunta, mientras me abre la puerta de su coche.

—Sí, pero tengo que prepararme para la próxima clase —respondo, sintiéndome un poco culpable por lo poco que he estudiado.

En el camino, Hayes pone una canción suave. La melodía me relaja y me permite disfrutar del trayecto. Hablamos de trivialidades, cosas que parecen insignificantes pero que, de alguna manera, llenan el aire entre nosotros.

Al llegar, noto que la casa tiene un ambiente diferente al de esta mañana. Quizás es solo la luz del atardecer que entra por las ventanas, pero parece más acogedora.

—¿Quieres algo de comer? —me pregunta Hayes, mientras se quita la chaqueta.

—No, estoy bien. Solo un poco de agua, gracias —respondo, mientras me acomodo en el sofá.

El silencio que sigue es cómodo, pero hay una tensión latente que no puedo ignorar. Me pregunto si Hayes siente lo mismo. Su mirada se pierde en el horizonte a través de la ventana, como si estuviera pensando en algo profundo.

—¿Qué te preocupa? —me atrevo a preguntarle.

Él se vuelve hacia mí, y su expresión cambia.

—Nada en particular. Solo... pensando en lo que viene —dice, con un tono que me sugiere que hay más detrás de sus palabras.

Decido no insistir, pero una parte de mí quiere conocer su historia. El misterio que lo rodea me intriga, y a la vez me aterra. Sin embargo, ahora, aquí juntos, hay algo en el aire que me hace sentir que tal vez podamos abrirnos el uno al otro.

Mientras tanto, la tarde se va desvaneciendo y la oscuridad comienza a envolver la habitación, creando un refugio donde secretos podrían compartirse, si solo ambos tuviéramos el valor de hacerlo.

- ¿Te llevo a casa ? - me pregunto Hayes. 

-No, creo que voy ha dar una vuelta para despejarme. 

Hayes asiente y se va de la habitación. Aprovecho ese mismo momento y salgo de la casa, agarro mi moto y me subo ha ella poniendo rumbo a la ciudad otra vez. 

Y el primer local que vi, el primero en el que me metí. Era una tienda de souvenirs, así que salí de allí rápidamente. Y seguí caminando calle abajo.