9- Nosotros valemos la pena

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AMARA 

Era una tarde tranquila cuando, tras un día de ensayos, decidí revisar mis redes sociales. Mientras desplazaba mi dedo por la pantalla, vi una foto que me hizo detenerme: Amara. Su risa iluminaba la imagen, su cabello largo y ondulado flotaba con el viento, y aunque sabía que lo había pasado mal, su alegría aún brillaba en esa captura. Mi corazón dio un vuelco. Me di cuenta de lo mucho que la extrañaba, de cuánto deseaba volver a tenerla en mi vida de una manera significativa.

Sin pensarlo dos veces, le envié un mensaje a través de Instagram. Era un paso pequeño, pero sentí que era necesario. La conversación fluyó con una naturalidad que me sorprendió. En cuestión de minutos, la respuesta de Amara llegó, y una mezcla de esperanza y ansiedad se apoderó de mí.

—Hola, Calum. Todo va bien, ¿y tú? —escribió.

Fue una respuesta sencilla, pero estaba contento de que se hubiera tomado el tiempo para responder.

—Me alegra saber de ti. ¿Te gustaría quedar en algún lugar? Podríamos ir a un parque o algo así —propuse, sintiendo que era la oportunidad perfecta para hablar de todo lo que había estado pasando.

La respuesta fue rápida. —Me parece bien, un parque suena genial. ¿A qué hora?

El intercambio de mensajes continuó hasta que acordamos encontrarnos a las cinco de la tarde en el parque que solíamos visitar.

El tiempo pasó volando mientras me preparaba. Sabía que había muchas cosas que debíamos discutir, y el nerviosismo burbujeaba en mi interior. No quería que el pasado nos pesara, pero también sabía que había que abordar lo que había sucedido.

Al llegar al parque, el aire fresco me recibió. La luz dorada del sol iluminaba todo a su alrededor, y la gente disfrutaba del espacio verde. La vi desde lejos: Amara, sentada en un banco, con una expresión pensativa. Mi corazón se aceleró al acercarme.

—Hola —saludé, tratando de proyectar tranquilidad.

Ella sonrió, pero su mirada contenía un aire de melancolía que me preocupó. Nos sentamos uno frente al otro, y por un momento, el silencio nos envolvió. Sabía que tenía que dar el primer paso.

—¿Cómo has estado realmente? —pregunté, rompiendo el hielo.

—He estado... lidiando con algunas cosas —admitió, su voz era un susurro—. Hayes ha estado complicado.

Sentí una punzada en el pecho. No quería que ella estuviera sufriendo, y mi instinto protector se activó al instante.

—¿Qué quieres decir con complicado? —inquirí, buscando entender lo que realmente pasaba.

Amara respiró hondo, y en sus ojos vi la lucha interna que estaba enfrentando. —Ha sido difícil. A veces, parece que no hay forma de entendernos, y ha llegado a un punto en el que me siento atrapada.

Escuchar eso me desgarró. La idea de que alguien pudiera hacerla sentir así me llenaba de rabia. No quería que viviera con miedo ni con dolor.

—Tienes que saber que no tienes que soportar eso —dije, tratando de transmitirle mi apoyo—. No deberías sentirte así.

Ella asintió, y por un momento, la tristeza se reflejó en su rostro. —Lo sé, pero es complicado. He estado pensando en salir de esto, pero no sé cómo hacerlo.

Sin dudarlo, tomé su mano entre las mías, sintiendo cómo el contacto parecía traer algo de calma. —Puede que ahora mismo no quieras confiar en mí, pero que sepas que yo voy a volver a ganar tu confianza, sea como sea. Aunque tarde mil años en conseguirlo, lo voy a hacer porque tú mereces la pena y porque nosotros merecemos la pena seguir intentándolo.

Relación Perfecta[Trilogia Perfectos #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora