Memories 7

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—¿De nuevo tienes problemas con las ecuaciones? —cuestionó Marco con extrañeza revisando los ejercicios que le dejó a Ace el fin de semana anterior notando la cantidad de errores que tenía—. Creí que había quedado claro la última vez.

—Sí, pero el viejo de álgebra los explica diferente y ahora todo es un enredo en mi cabeza —explicó entrando a su habitación seguido del rubio y empezó a rebuscar en el morral tirado a un lado de la cama su libro de apuntes.

—Hagamos algunos ejercicios y luego continuamos con comprensión lectora —indicó Newgate abriendo el portátil para encenderlo.

Las vacaciones de verano terminaron, el otoño llegó con rapidez y las notas de Ace mejoraban poco a poco superando las expectativas de Marco. A ese paso realmente conseguiría pasar el examen escrito para enlistarse a la Academia de Bomberos. No diría que eran los mejores amigos, pero al menos ya el pecoso no lo miraba como si quisiera darle un puñetazo cada vez que respiraba. Parecía haberse relajado un poco, sin bajar la guardia del todo.

«Por lo menos es más tolerable ahora», pensó somnoliento tronando su cuello sintiendo el cansancio acumularse en sus hombro cada vez más. Después de todo, no solo ayudaba a Ace, sus hermanos menores también reclamaban su ayuda con la tarea, sobre todo cuando olvidaban hacerla y corrían a su cuarto llorando en medio de la noche.

Entró al navegador soltando un bostezo esperando a que cargara. No obstante, sus ojos se abrieron desmesurados cuando una página porno apareció frente a él. El video se reprodujo automáticamente y la voz lujuriosa del actor resonó con un fuerte y claro gemido que congeló al par.

A Marco no le sorprendía que viera porno, incluso él lo hacía a veces cuando necesitaba desahogarse y no tenía una novia para hacerlo, lo que lo impactó fue que ambos fueran hombres. ¡Ace veía porno gay!

El rubio se quedó sin palabras por lo que le pareció una eternidad mientras el chico de cabello rubio era embestido con fuerza por su pareja pelinegra. Solo el grito colérico de Ace pudo sacarlo de su letargo.

—¡No mires!

—¡Ah, mierda! —chilló Marco saltando de la silla apartando sus manos del portátil frotando sus dedos adoloridos luego de ser aplastados por Portgas al cerrarlo—. ¡¿Estás loco?! ¿Quieres cortarme los dedos? ¡Soy cirujano, idiota!

—¡Es tu culpa por tocar mis cosas sin permiso!

—¿Ah sí? ¿Desde cuándo te molesta? Si no quieres que vean tus cochinadas entonces no dejes las pestañas activas al cerrar el pc, tonto.

—C-cochinadas... lo dices como si fueras un santo. ¡De seguro también ves estas cosas!

—¡Claro que no! ¿Quién en su sano juicio vería a dos hombres cogiendo? —refutó cabreado más preocupado porque sus dedos estuvieran bien que por las hirientes palabras que se clavaron en el corazón del pecoso.

—¡A-alguien a quien le gustan los hombres! —El entrecortado y dolido reproche de Ace captó la atención de Marco; el joven lo miraba con tanta rabia y dolor en sus brillantes jades negros que creyó que rompería en llanto en cualquier momento.

—¿Ace, tú...?

—Sí, soy gay. ¿Tienes algún problema con eso?

Newgate guardó silencio un momento y tomó una enorme bocanada de aire para olvidar el enojo y enfocarse en calmar al pecoso. Aquella confesión parecía demasiado para él y estaba muy alterado.

BETRAYAL (Zoro x Sanji)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora