Jisung nunca planeó quedar embarazado y mucho menos del jefe de la mafia más peligrosa del país Lee Minho. Ahora atrapado en un mundo de sombras y violencia Jisung no solo debe protegerse a sí mismo sino también al los bebés que lleva dentro. Mientr...
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El fin de semana había llegado y como Jisung había dicho, iba a visitar a sus padres para darles las noticias. A decir verdad no es que les estuviera mintiendo del todo cuando les dijo que había ciertos cambios en su vida, pero había preferido esperar hasta el momento adecuado para contarles la verdad completa.
Minho había insistido en acompañarlo. Lo último que quería era que sus futuros suegros pensaran que no le importaban ni Jisung ni sus hijos. Sin embargo Jisung había decidido que era algo que quería hacer solo. Ya habría tiempo para presentarlos formalmente.
La casa de sus padres se encontraba en un barrio tranquilo, bonito y bien ubicado. Mientras esperaba tranquilizarse respiró hondo antes de salir de la camioneta. Jeongin lo siguió, bajando junto a él.
— Oye ¿a dónde crees que vas? — preguntó Jisung con una leve sonrisa divertida.
— Contigo. Es la orden que me dio el jefe desde el inicio — respondió Jeongin con seriedad, manteniéndose firme en su posición.
Jisung suspiró y le puso una mano en el hombro bajando un poco la voz.
— Lo entiendo pero no creo que tu jefe esté contento si se entera de que otro alfa entra con su omega a la casa de sus padres. Así que mejor quédate aquí y ahorrémonos esta escena, ¿sí?
Jeongin abrió la boca para protestar pero Jisung ya estaba corriendo hacia la puerta de la casa entrando rápidamente antes de que pudiera objetar.
Al cruzar el umbral, dos pares de ojos lo miraron al instante. Sentía su corazón acelerarse pero trató de mantener la calma.
— ¡Jisung, cariño! ¿Por qué no nos avisaste que venías? — preguntó su padre Yeong un alfa que siempre había sido protector y cariñoso.
— Pasa adelante, no te quedes en la puerta — dijo Kwan su otro padre alfa, quien lo observaba con una sonrisa cálida.
— Hola, ¿cómo están? — saludó Jisung, nervioso pero tratando de sonar casual.
— Muy bien hijo ¿Y tú? Sabes, justo estábamos pensando en ir a visitarte. Hace mucho que no vienes — dijo Yeong mirándolo con una mezcla de alegría y curiosidad.
Jisung tragó saliva y se sentó junto a ellos. Sabía que no podía alargar más el momento.
— Sí... han pasado muchas cosas. He estado un poco ocupado — dijo jugando nerviosamente con sus manos.
— Cuéntanos — Kwan lo miraba expectante siempre dispuesto a escuchar lo que Jisung tenía que decir.
Tomó aire sabiendo que lo que estaba por decir cambiaría todo.
— Realmente he venido por algo más que una simple visita — dijo con su voz temblando ligeramente — Estoy embarazado.
El silencio cayó de repente en la sala. Sus padres se miraron entre sí, primero sorprendidos luego sus rostros mostraron confusión. Y finalmente Yeong fue el primero en hablar soltando una risa nerviosa.
