Capitulo Nueve

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Aún estaba intentando comprender el deseo de Ohm de intentar una fecundación artificial cuando entraron en el despacho del doctor. Lo único en lo que podía pensar era que no se creía capaz de concebir a sus hijos de ningún otro modo. Fluke odiaba pensar que él se atormentaba por eso, pero sabía demasiado poco de ese asunto como para poder ayudarlo a superar sus miedos.

Tal vez debiera hablar con Tim.

—No será necesario realizar el procedimiento más agresivo, la fertilización in vitro —dijo el doctor, atrayendo así la atención de Fluke—. Le realizaremos una extracción de esperma, señor Thitiwat. Es un procedimiento que no requiere hospitalización y es casi indoloro.

Ohm asintió con la cabeza.

El médico se giró hacia Fluke.

—Usted tendrá que someterse a una inseminación, señor Thitiwat.

Fluke encontraba aquella conversación muy violenta. Él habló de las opciones, y le hizo preguntas acerca de su fertilidad para las que él no tenía respuestas muy claras. Nunca había llevado un informe como hacen muchas personas.

Después de la tercera pregunta sin respuesta, Ohm suspiró.

—¿Prefieres que me vaya para que hables de estos detalles con el médico?

Fluke se sintió enrojecer aún más.

—Sí —dijo, pidiéndole comprensión con la mirada.

Su media sonrisa le indicó que sí lo comprendía. Salió del despacho y cerró la puerta.

—Me sorprende que se haya marchado, señor Thitiwat. Su marido es un hombre al que le gusta mantener el control y sus deseos de protección hacia usted son muy evidentes.

Él había pensado en sus sentimientos y al menos en aquello su relación había avanzado. Fluke sonrió complacido por que hubiera pensado que a él le resultase embarazoso hablar de ciertas cosas delante de él.

—¿Qué me estaba diciendo de la inseminación? —deseaba acabar con aquello cuanto antes para volver con Ohm.

—Es el procedimiento menos complicado para este tipo de tratamientos y no hay razón para estar nerviosos.

Fluke asintió, animándolo a continuar. El doctor le explicó lo que necesitaba hacer para prepararse para el procedimiento y cómo llevar el control de su temperatura corporal y otros indicadores fisiológicos que determinasen el momento óptimo para realizar la inseminación.

—Aunque es un procedimiento sencillo, puede ser algo doloroso. ¿Lo entiende, verdad? — dijo el doctor para acabar.

Fluke asintió con la cabeza a pesar de que no entendía por qué tenía que dolerle. Hablar de aquellas cosas con otras personas, aunque fueran un médico y su marido, no hacían que se sintiera cómodo.

—Notará algo entre una incomodidad y dolores fuertes durante el procedimiento. Sólo un tres por ciento de las personas que se someten al tratamiento declaran haber sufrido más que dolores leves.

Aquello era más reconfortante, pero no se lo diría a Ohm. Tal vez no lo dejase someterse al procedimiento, y él quería tener un niño. Lo deseaba.

—No me preocupa —declaró Fluke.

—A veces se necesitan hasta seis intentos hasta conseguir la concepción —le avisó el médico.

Fluke esperó que Ohm se hubiera recuperado para entonces, pero asintió.

Volvieron a llamar a Ohm y el doctor les dio toda la documentación necesaria para que estuvieran informados. Fluke miró los papeles y luego al doctor.

Entre el dolor y el amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora