Chapter 20: Rápido e indoloro

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Capítulo 20

El sonido de voces despertó a Kara.

de un sueño inducido por las drogas. Sus párpados se sentían como si estuviesen pesados con plomo; su estómago se estremeció, preso de una náusea que ya se estaba volviendo demasiado familiar.

Con un esfuerzo, ella abrió los ojos, sintiendo su última esperanza de rescate decaer y morir al ver a Lena tendida en una estrecha mesa de metal junto a su cama. Sumado a las gruesas correas de cuero que ataban sus brazos y piernas a la mesa, había bandas de hierro a través de su pecho y cintura para que estuviese virtualmente inmóvil.

Ella contempló su pecho, pero no parecía estar respirando. Su piel se veía pálida, y había oscuras sombras bajo sus ojos. ¿La habían matado?

Anhelando tocarle, forcejeó contra las correas de cuero que ataban sus propios brazos al armazón de la camilla, pero las correas se mantuvieron firmes.

—¡Edge! —gritó—. Se que está por aquí en alguna parte. ¡Respóndame!

Oyó el sonido de pasos en el corredor, y luego Edge ocupó su línea de visión.

—¿Qué quieres? —preguntó él con irritación.

—¿Está muerta?

Él la miró como si ella no fuese demasiado brillante.

—Naturalmente que no, sólo fuertemente sedada.

—¿Qué va a hacer con nosotras?

—Voy a darte una transfusión de su sangre, por supuesto.

Kara cerró los ojos, preguntándose si alguna vez volvería a ser libre de nuevo. Los últimos dos días habían sido como una pesadilla viviente de la cual no pudiese despertar. Y ahora Lena era parte de ella.

Oyó a Edge abandonar la habitación y abrió los ojos nuevamente, su mirada descansando sobre la cara de Lena. ¿Cómo sabía Edge cuánto sedante administrarle a Lena sin matarle? ¿Qué pasaba si Lena era alérgica al tranquilizante? ¿Qué si una segunda transfusión de su sangre no producía los resultados deseados? ¿Y si lo hacía? ¿Pasarían ellas dos el resto de sus vidas encerradas en esa habitación mientras Edge se enriquecía a costa de su sangre?

Sintió una urgencia histérica de reír. ¡Hablando de vampiros...!

—¿Lena? Lena, ¿puedes oírme?

Inquieta y asustada, miró a su alrededor. Notó con aire ausente que las habían movido mientras ella estaba inconsciente.

Frunció el entrecejo mientras la habitación comenzaba a tornarse más brillante. Y luego sintió la respiración atascársele en la garganta al divisar el largo y estrecho tragaluz situado directamente sobre Lena.

El sol estaba saliendo.

Mórbidas imágenes llenaron su mente, imágenes de Drácula lentamente envejeciendo y desintegrándose al ser expuesto al sol. Pero seguramente cosas como esas no sucedían en la vida real.

—¡Edge! ¡Edge! —gritó el nombre del doctor una y otra vez, su voz haciendo eco en las paredes, resonando en sus orejas, pero nadie vino para responder a sus gritos. Miró a Lena, vió sus manos apretarse mientras un estrecho rayo de dorada luz solar se filtraba a través del tragaluz para ir a descansar sobre su cara. Ella gimió suavemente, su cabeza girando de lado a lado en un esfuerzo por evitar la luz—. ¿Lena? Lena, ¿puedes oírme?

Deeper than the nightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora