Chapter 9: No soy una Vampiro

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Capítulo 9

—¿Qué quieres decir con que no puedo ir a casa?

Kara miró a Lena, su entrecejo arrugado.

—Precisamente lo que he dicho —replicó Lena calmadamente—. Tienes que comprender que no es seguro.

—¿No es seguro?

Lena meneó la cabeza, completamente aturdida.

—Edge está planeando algo, Kara. No sé el qué, pero no confío en él, y tú no deberías hacerlo tampoco. Edge estaba reteniéndote contra tu voluntad. Se negaban a dejar que tu abuela te viese.

Kara meneó la cabeza, rehusando creer que un médico reputado estuviese tramando algo siniestro.

—Quiero llevarte lejos de aquí.

—¿Lejos? —Kara dejó de pasear de un lado a otro. Deteniéndose junto a la ventana, se dio la vuelta para encarar a Lena—. No, no puedo dejar a Nana, ni a Alex.

—No creo que tengas elección.

—¡Maldita sea, Lena, me estás asustando!

—Deberías de estar asustada. Hay algo que no es correcto en todo esto, y hasta que sepa lo que es, no quiero que vayas a casa.

Quizá Lena estaba en lo cierto. Quizá ella no debería ir a casa en estos momentos. La miró de soslayo. No podía negar la atracción que sentía por Lena, no podía refutar los sentimientos de su propio corazón, pero ¿qué sabía ella acerca de Lena, en realidad? Nada. Ni una maldita cosa. Y Lena esperaba que se largase con Ella. La idea tenía cierto atractivo, y, todavía, por todo lo que ella sabía, Lena bien podía estar trabajando con Edge.

—Puedes confiar en mí, Kara.

Kara dió un paso atrás. ¿Estaba leyendo su mente? Pero no, semejante cosa era imposible. ¿No?

—¿Cómo sabes lo que estaba pensando? —demandó.

Lena se encogió de hombros. No le suponía el más mínimo esfuerzo leer su mente, pero no podía decirle eso.

—Es una suposición lógica. No tienes ninguna razón para confiar en mí. En tu lugar, yo sentiría lo mismo.

Ella parecía escéptica, y más que un poco temerosa.

—No te haré daño, Kara. Debes creerlo.

Lena se pasó una mano por el pelo. Tenía que llevársela lejos de allí. Sin duda Edge estaba buscándola incluso ahora. Si lo que Lena sospechaba era verdad, un hombre sin escrúpulos podría hacer millones vendiendo viales con la sangre de Kara a los enfermos, a los desahuciados. Y si se descubriese quién era ella, lo que era... Lena ni siquiera deseaba pensar en las consecuencias. Sería interrogada, examinada, encerrada en una jaula mientras cosechaban su sangre.

Todos estos años —meditó Lena. Había vivido ahí doscientos años y nunca había sabido acerca del misterioso cambio que había sido forjado en su sangre. Sus poderes inherentes se habían multiplicado, pero ella nunca había sospechado que el poder curativo de su sangre pudiese ser transferido a alguien más, o que ella tenía la habilidad para sanar a los enfermos tal y como era capaz de sanarse a sí misma. Incluso cuando le había dado a Kara su sangre, no había estado segura del resultado.

Sintió a Kara observándole. Con un esfuerzo, eliminó toda expresión de su rostro.

—Tengo que ir a casa, Lena. No puedo simplemente desaparecer sin hacer saber a Nana y a Alex dónde estoy.

Deeper than the nightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora